El Obispado pone fecha a la finalización del tejado para la Catedral de Málaga

Este arquitecto ha explicado que se ha empezado por realizar la estructura de la zona central del tejado porque era la más sencilla desde el punto de vista constructivo, ya que se repiten las formas de las cerchas de madera que se suben con una grúa de 65 metros. La instalación de esa estructura ya ha llegado a la zona del crucero, donde empieza a complicarse el montaje, y seguirá a partir de septiembre por la girola, donde el trazado del tejado, basado en los planos que dejó hechos Ventura Rodríguez en 1764, adopta una forma estrellada que pondrá a prueba la pericia de los operarios de las empresas Hermanos Campano y Grupo ORP, que acometen las obras promovidas por el Cabildo de la Catedral, con un presupuesto que alcanza ya los 22,5 millones de euros.

Sánchez La Chica ha destacado que, además de la intervención para impermeabilizar las cubiertas de las capillas, por donde ha entrado abundante agua en momentos de fuertes lluvias a lo largo de los últimos años, se ha renovado y ampliado el sistema de evacuación del líquido elemento con trabajos que no se han apreciado desde el exterior. Así, se han realizado tres nuevos bajantes por el interior de los muros, de 18 metros de altura, que recogerán las aguas de las cubiertas.

Las que expulsará el nuevo tejado caerán en un nuevo canal que rodeará el perímetro de la nueva cubierta y que estará conectado con los bajantes, tal y como quedó previsto en los últimos planos del siglo XVIII. Sobre ese canal se establecerá un recorrido peatonal para poder recorrer las cubiertas tanto por fuera como por dentro del tejado, que ya deja ver el amplio espacio interior de que dispondrá.

El arquitecto de la Catedral ha remarcado que su trabajo se limita a continuar una obra que quedó muy bien definida en los documentos de hace más de dos siglos. «Este es un edificio en construcción. Málaga decidió tener una gran Catedral, pero no pudo hacerla de una vez», ha afirmado Sánchez La Chica, quien ha asegurado que los últimos arquitectos del templo, como Antonio Ramos, «les hablan a través de las piedras». «Nos están contando muchas cosas, por lo que estamos continuando de manera natural con una obra que quedó inacabada en julio del año 1782», ha apuntado. Así, se ha descubierto una escalera de subida a las cubiertas intermedias que esta oculta en la girola.

Cuestionado sobre si sería partidario de retomar la construcción de la torre sur, el arquitecto ha declarado que hay que ir «paso a paso». Por ello, ha argumentado que lo primero que había que solucionar era el problema de la entrada de agua, y que lo siguiente será restaurar los techos del interior del templo, que se encuentran muy deteriorados por las humedades, de forma que se puedan retirar las redes que se colocaron para la recogida de cascotes.

Asimismo, se ha mostrado partidario de dar una solución a la terminación de los cubillos, que son los torreones que enmarcan las fachadas del crucero. En los planos de Antonio Ramos, esos cubillos están rematados por cuatro pequeñas torres con cúpula, similares al campanario que sí llegó a construirse. Actualmente, acaban en unas cubiertas metálicas oxidadas que contrastarán con la mejora que supondrá para el edificio la realización del tejado y la ejecución de la balaustrada que ya existe en la fachada principal y que se extenderá por todo el perímetro de la cubierta, tal y como quedó diseñada en esos planos.

Sánchez La Chica es partidario de hacer esas cuatro torres para completar los cubillos, antes de afrontar la posible terminación de la torre sur. Asimismo, ha recordado que los trabajos que están en marcha incluyen la culminación del frontis de la fachada principal, tal y como quedó diseñada por Ramos en el siglo XVIII. El dibujo encaja con la forma del tejado que se está construyendo, y se rematará con la ejecución de nueve esculturas de piedra para las que, según ha comentado el arquitecto, «se está buscando financiación». En los planos antiguos, el frontis está rematado por la imagen de Jesucristo, y en los pedestales que enmarcan dos tramos de balaustrada se aprecian las figuras de ocho santos, entre las que se pueden identificar las de San Andrés, San Pedro, San Pablo, San Juan y Santiago.

«Hay cosas que me duele no terminar», ha confesado el arquitecto, quien se muestra especialmente orgulloso de la amplitud del espacio conseguido bajo la estructura de madera del tejado que ha diseñado junto a su socio Adolfo de la Torre Prieto. En esta zona se trazarán unas pasarelas de madera para contemplar la parte exterior de las bóvedas, de las que se retirarán las láminas de plomo con las que quedaron recubiertas en la fallida actuación que impulsó la Junta en 2008. Asimismo, se habilitará una zona expositiva central que podría destinarse a un centro de interpretación sobre la construcción del templo.

Todo ello podrá visitarse en el recorrido turístico que el Cabildo de la Catedral volverá a poner en marcha una vez que terminen las obras del tejado, que se rematará con unas tejas ancladas a la madera con pernos que están siendo fabricadas por la empresa catalana Cerámica Cumella en tonos crema y miel. Serán de un barro gresificado, en vez de barro cocido, porque es un material más duro y que requiere un menor mantenimiento.

La instalación de esas tejas será la última etapa de un proyecto al que todavía quedan dos años de obras por delante y que vendrá a cambiar para mejor el aspecto de una de las catedrales más hermosas del país pero que quedó incompleta hace 243 años por falta de recursos económicos.