Primeras piedras para retomar las obras de la Catedral de Málaga después de 243 años
El Cabildo inicia la colocación de los pedestales que conformarán la balaustrada que se realizará en todo el perímetro de la cubierta
Las obras para dotar a la Catedral de Málaga de un tejado a dos aguas que acabe con el problema de filtraciones que padece el ... templo han cumplido ya más de un año de actividad desde que arrancaran oficialmente en la primavera del año pasado. En este tiempo, se ha construido parte de la estructura de madera de la nueva cubierta y se ha intervenido en las terrazas intermedias del monumento, entre otros trabajos desarrollados por el Cabildo Catedralicio, con proyecto de los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto, con el objetivo de garantizar la evacuación del líquido elemento en momentos de lluvias, y acabar así con la imagen de los cubos colocados para recoger las goteras.
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No obstante, la obra del tejado, inspirada en los planos que dejó hechos el arquitecto Ventura Rodríguez en 1764, también incluye la terminación de varios elementos de piedra que forman parte del último diseño de la Catedral y que quedaron sin realizarse cuando las obras del templo se frenaron por falta de recursos económicos el 5 de julio de 1782, hace ya 243 años. En concreto, el proyecto engloba la realización de los balaustres, pináculos y pedestales que se diseñaron en el siglo XVIII para rematar el perímetro superior de la Catedral y que pueden observarse en los planos del arquitecto Antonio Ramos.
La reanudación de esta balaustrada, casi dos siglos y medio después de que se dejara sin terminar, ha comenzado ya en la zona del crucero de la basílica, donde se ha colocado uno de los nuevos pedestales de piedra que marcarán el recorrido de la balconada hacia la zona de la girola. Estos pedestales están siendo realizados por la empresa alicantina Bateig, especializada en piezas de piedra natural desde 1878, en arenisca tallada con máquinas y a mano.
Para su colocación, los técnicos de la obra, ejecutada por la unión de las constructoras Hermanos Campano y Grupo ORP, han ideado un sistema de anclaje que evita el movimiento pendular de la grúa y encaja estos elementos de piedra tallada en el lugar exacto que deben ocupar sobre el perímetro de la cubierta de la Catedral.
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La realización de esta balaustrada, de la que el Obispado ya completó años atrás un pequeño tramo de la fachada principal, por iniciativa del hasta ahora obispo de la diócesis, Jesús Catalá, va a suponer un notable cambio en la imagen exterior del monumento que embellecerá todavía más si cabe su singular arquitectura renacentista y barroca.
Asimismo, la actuación diseñada prevé completar el frontis de la portada principal tal y como quedó dibujado por Antonio Ramos en 1784. Para sorpresa de los actuales técnicos de la Catedral, el ángulo que forma el remate del frontis que dejó dibujado Antonio Ramos coincide con la inclinación de las aguas del tejado que planeó Ventura Rodríguez en 1764. Es decir, todo estaba previsto y encajado para terminar una Catedral que quedó inconclusa y que ahora vuelve a reactivarse.
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La primera fase de las obras consistió en la retirada de la 'piel de ladrillos' que se aplicó al exterior de las bóvedas en 2008 a raíz de una iniciativa de la Junta de Andalucía que no dio el resultado esperado, ya que el monumento ha seguido padeciendo goteras. Así, se han eliminado las capas de ladrillos que se aplicaron entonces y se han dejado las láminas de plomo que se colocaron como primera base de aquella intervención para proteger el edificio en caso de precipitaciones. Una vez que la estructura y el tablero de la nueva cubierta garantice que las lluvias no van a producir deterioro en la zona inferior, se retirarán esas láminas de plomo y se acometerán los cerramientos verticales, revestimientos y acabados del tejado.
Sobre la estructura que ha empezado a levantarse se colocarán unas tejas realizadas por la empresa catalana Cerámica Cumella en tonos crema y miel en un barro gresificado, en vez de barro cocido, porque es un material más duro y que requiere un menor mantenimiento. De igual modo, el proyecto, que suma ya un presupuesto de 22,5 millones de euros, incluye la recuperación de los bajantes del edificio y la realización de nuevos para conectarlos con el nuevo tejado.
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