La naturaleza brota en los terrenos de Repsol

La naturaleza brota en esta parcela que lleva dos décadas baldía, convertida en un erial y en símbolo del abandono a la espera de un desarrollo urbanístico que se vio frenado por la anterior crisis económica que hizo estallar la burbuja inmobiliaria. En los últimos años, el Consistorio lo ha reactivado y se mantiene firme en continuar con el planeamiento vigente, que contempla cuatro torres de hasta 34 plantas para viviendas de renta libre y oficinas, otras tantas de diez plantas para VPO, zonas comerciales, un hotel y un parque de 65.000 metros cuadrados.

Al otro lado, la treintena de organizaciones adheridas a la plataforma ciudadana Bosque Urbano Málaga (BUM) y los grupos de la oposición (PSOE y Unidas Podemos) insisten en reivindicar que toda la finca se destine a la creación de un gran pulmón verde a imagen y semejanza del Hyde Park de Londres o El Retiro de Madrid en una de las zonas más densamente pobladas de Europa.

Y en medio, los vecinos. «Sinceramente, no sé si es mejor una cosa o la otra. Lo que sí que hace falta es que por fin le den uso a estos terrenos, que los adecenten y los mantengan en buen estado para que dejen de servir de basurero y no haya más chabolas», comenta José Antonio Ruiz mientras suelta a su perro para que dé unas carreras entre los arbustos. «Él sí que disfruta aquí», añade.

«La verdad es que el aspecto ha mejorado muchísimo entre las lluvias y los arbolitos que hay tras las plantaciones organizadas por Bosque Urbano Málaga. Y encima, con las charcas han venido hasta patos», señala Laura Luque, que aprovecha uno de los senderos más perimetrales para dar un paseo. «Más adentro no, porque hay mucha basura y botellas rotas», advierte. Y así es, porque todo lo idílica que pueda parecer la reverdecida estampa se desvanece por la acumulación de residuos. «Es una pena, a ver si lo arreglan pronto», confía Mónica.

¿Cuándo será? Es una incógnita, ya que antes de acometer el parque previsto en la parcela más próxima a la avenida de Europa y todo el proyecto de urbanización, valorado en 20 millones de euros, el Ayuntamiento quiere vender su parte de los derechos urbanísticos (tres torres y dos edificios de uso comercial y oficinas) para que sean los privados los que acometan la inversión. Con estas cinco parcelas, que salieron a subasta en diciembre (el plazo de recepción de ofertas se cierra a mediados de mes), el Consistorio pretende embolsarse como mínimo 43,7 millones (53 con el IVA).

En este sentido, cabe recordar que el sector cuenta con otros dos copropietarios. Por un lado, la Sareb (conocida como banco malo), que 'heredó' los derechos de la torre de 34 plantas como consecuencia de la quiebra de la constructora que se hizo con los terrenos. Y por otro, la titular de los suelos para 400 VPO con los que el Ayuntamiento compensó al grupo inmobiliario Yeregui a cambio de una de las parcelas de Arraijanal que adquirió la ciudad para crear un gran parque y la ciudad deportiva del Málaga.