El DJ malagueño que pincha con los pies y ya levanta pasiones en Madrid y Marbella
Kiko Vázquez, un joven con discapacidad, demuestra una admirable destreza con los platos
Y de repente empieza a sonar Skrillex, una mezcla entre reggae y 'dubstep'. El grupo británico, que empezó a hacerse famoso en 2014 con una ... música vanguardista, entró de lleno en la cabeza de muchos jóvenes, que empezaron a cultivar un gusto por la música electrónica a partir de este grupo, considerado, en principio, como una formación de nicho. Entre ellos también estaba Kiko Vázquez, un malagueño que ahora tiene 22 años, y al que también se le conoce por su nombre artístico de DJ M4A. No es el único que acabaría comprándose una mesa de mezclas después. Skrillex hace tiempo que abandonó el nicho para convertirse en un fenómeno mundial. Kiko también ha mejorado sus habilidades y ya ha levantado fiestas en Madrid o Marbella. Pero Kiko no es como los demás.
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Porque Kiko está en una silla de ruedas y tiene una discapacidad motriz que le impide moverse y articular palabras. Una enfermedad vírica cuando era niño le dio la vuelta a su vida como a un calcetín. Lo que no ha podido es ponerle barreras a una pasión que, en su cabeza, pronto empezó a apuntar hacia un camino: convertirse en DJ y, si es posible, vivir de ellos. Kiko, o DJ M4A (en honor al formato con el que empezó a pinchar), recibe a SUR en su casa del Puerto de la Torre.
Un ascensor en el salón lleva a la planta baja, donde estaría su reino. Varios poster de ánime, otra de sus grandes aficiones, decoran las paredes del espacio. Una gran mesa acoge dos pantallas de ordenador que están comunicadas entre sí. En la de la izquierda, se ve un programa de texto que Kiko utiliza para comunicarse. En la de la derecha, dos platos virtuales y un listado con varias canciones hacen intuir que aquí se ejecuta la herramienta profesional que utiliza para mezclar la música.
Llama la atención el teclado y un gran ratón de bola. A diferencia de lo que se acostumbra, ambos se encuentran en el suelo. Y es lógico, ya que Kiko utiliza sus pies como si fueran sus manos. Con el tiempo, ha sabido potenciar su uso y ver el dominio que tiene sobre los dedos de sus pies recuerda al movimiento de manos de un pianista. Al lado, una mesa de mezclas Pioneer ilumina en varios colores y está conectada al ordenador.
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Una primera prueba de la destreza de Kiko llega cuando surgen las primeras preguntas. Su discapacidad le impide verbalizar la respuesta. Para ello, utiliza el ordenador. ¿Cuándo empezó esta pasión? Kiko gira la silla y se coloca frente a la pantalla del ordenador. Sus pies empiezan a bailar sobre el teclado y surgen las frases en la pantalla. Si ve una falta de ortografía, enseguida la corrige. «Con 14 años. Mi padre me regaló una primera mesa de mezclas. Ya voy por la quinta», asegura.
Formación
Sus primeros pasos como DJ los compaginó con una formación académica que le hizo cosechar un grado medio de Video Disc Jockey y Sonido en Cesur. Eligió esta opción después de completar sus estudios en la ESO. «Me esforcé mucho», remarca a través del teclado y acompaña lo expresado con una expresión afirmativa.
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Llega el momento de pedir una prueba de sus habilidades y Kiko ahora deja de ser Kiko Vázquez, un malagueño de 22 años como tantos otros, y se convierte de lleno en DJ M4A. Los pies se van a la mesa de mezclas y, tras unos primeros movimientos, empiezan a retumbar los bajos de los altavoces. Dos canciones están ejecutándose a la vez, como muestra la pantalla del ordenador. DJ M4A va ajustando los graves con los pies y, acto seguido, mete los vocales de una canción y deja que suenen con la base de otra. Es un ejercicio que requiere de oficio. Verle como lo hace con los pies, sin apenas mirar la mesa de mezclas, transmite una mezcla de sorpresa y admiración.
Kiko, así lo confirma también su madre Inma, es un «perfeccionista». Eso se percibe enseguida. Verle en acción invita enseguida a mover el cuerpo. Aunque sus gustos musicales son universales, ya que asegura que la música es «atemporal», prefiere la electrónica para pinchar. Es la que más siente y disfruta. Y es algo que revierte al público. A Kiko le gustaría que en los próximos meses le sigan llamando para pinchar en fiestas. «Es cuando más disfruto», señala.
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Ya lo ha hecho en Málaga, Madrid o Marbella. En galas solidarias, pero también en fiestas, como la de Alhaurín de la Torre, donde levantó la pista de baile con un 'set' veloz y cargado de efectos. Pruebas de ello se pueden ver en sus redes sociales, en las que es muy activo en Instagram con el perfil de «DJM4A_oficial». Kiko no se queda en pinchar solo música. El talento que atesora va más allá. «También produzco mis propias canciones», afirma. La suya es una pasión que no entiende de barreras.
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