Con Málaga ve alarmantes las multas en áreas restringidas y reclama más información y que se reinviertan en movilidad

Según los datos obtenidos del propio Ayuntamiento de Málaga, entre 2020 y 2025 se han registrado más de 260.000 actuaciones policiales relacionadas con infracciones en calles como Molina Lario, Alemania, Cisneros o Santa Isabel, principalmente en el Centro Histórico de la ciudad. Tan sólo en 2024, se registraron más de 157.000 intervenciones, y, en lo que llevamos de 2025, ya se han superado las 40.000.

Toni Morillas ha reclamado que los ingresos generados por estas sanciones —varios millones de euros cada año— se destinen de manera finalista a políticas públicas de movilidad sostenible, como la mejora del transporte público, la pacificación real del tráfico en zona residencial o la accesibilidad universal en los espacios urbanos. «Estas medidas son clave para generar alternativas reales al uso del vehículo privado en el centro histórico», ha reseñado.

Además, Morillas ha puesto el acento en que la mayoría de estas multas se cobran en vía ejecutiva; es decir, cuando ya ha vencido el plazo voluntario de pago: «Esto demuestra que los conductores suelen conocer la infracción únicamente cuando reciben la sanción en su domicilio, sin haber tenido la oportunidad de reaccionar previamente. Esto indica una falta de señalización adecuada y de medidas preventivas eficaces».

Morillas ha reclamado una revisión urgente de la política de control de accesos. «Queremos una apuesta clara por la información previa, la señalización visible y la vigilancia preventiva, para evitar que se repita año tras año un sistema que, más que proteger al peatón o al patrimonio urbano, evitando la entrada de vehículos no autorizados a las zonas peatonales del centro histórico, parece orientado a maximizar la recaudación a costa del desconocimiento de la ciudadanía o de la ausencia de vigilancia que transmite una falsa sensación de impunidad», ha incidido.

Asimismo, Morillas ha abogado por reforzar la señalización vertical y horizontal, instalar dispositivos de alerta antes de los puntos de control y lanzar campañas informativas periódicas de forma sostenida, especialmente orientadas a visitantes: «La señalización debe ser clara, visible y comprensible, evitando confusiones y sensación de impunidad».