Lapolítica | Un café con...

Noelia Losada: «Soy la única que habla con libertad de la Fundación Unicaja, porque soy la única que no tiene a gente enchufada ahí»

«El alcalde no es mi jefe, es mi socio de gobierno», sostiene la concejala de Cultura y portavoz de Ciudadanos tras el enésimo desencuentro con Francisco de la Torre

Lunes, 28 de marzo 2022, 00:39

Un día de 2009 tomó la decisión. Se acercó al ordenador y envió el formulario para darse de alta en Unión, Progreso y Democracia (UPYD). « ... Estaba hasta las narices de estar en casa quejándome de la deriva que estaba tomando el país. No se lo dije a mi familia ni a mi marido, porque hoy en día dedicarte a la política o tener inquietudes políticas es peyorativo». Durante seis años fue secretaria de organización de aquel partido. «Jamás cobré un duro. Es que ni dietas....», recuerda Noelia Losada en la terraza de una cafetería del Soho. Aquel partido acabó diluido como los azucarillos en los cafés que van saliendo de la barra del bar Atenas y con otro café, éste en el vagón del AVE y compartido con el diputado de Ciudadanos Guillermo Díaz y el exparlamentario de Podemos Alberto Montero, cobró forma su paso a Ciudadanos: «Compartía varios chats con Guillermo. Me había dicho varias veces que mi perfil era el que necesitaba el partido y después de aquella charla, volvió a llamarte y me convenció».

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Había pasado justo una década desde aquella primera afiliación política. Corría el mes de enero de 2019 y la abogada Noelia Losada (Madrid, 1976) comentó en casa con su marido, el exjugador de baloncesto Carlos Jiménez, el paso que iba a dar para presentarse a las elecciones municipales en la capital malagueña: «Durante 20 años fui yo la que hizo sacrificios. Cuando él tenía partido europeo podía estar una semana sin verlo. Trabajaba en un despacho donde me iba muy bien y cambié para poder hacerlo todo más compatible, por eso cuando se lo comenté, Carlos me dijo: 'Ahora te toca a ti. Dejo mi trabajo y dedícate en cuerpo y alma'. Y hasta ahora».

Entonces Noelia Losada regala una sonrisa sin titubeos, la primera de muchas. Porque la concejala de Cultura y portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga practica un rigor tan férreo que deja sitio a la empatía, una determinación que no se olvida de la risa: «Soy muy extrovertida. Vamos, que me apunto a un bombardeo...». Y menos mal, porque Ciudadanos en Málaga ha sido un campo de minas. Primero la 'espantá' del cabeza de lista, Juan Cassá; después, la condena (en apelación) al exárbitro de fútbol y gerente de la empresa municipal Málaga, Deportes y Eventos, José Luis Paradas Romero, por coacciones a Cassá y dos colaboradores; y entre tanto, la caída constante en las encuestas.

Pero Losada se sacude resuelta la sospecha de bajío: «Soy muy práctica, porque si empezamos con los datos del partido, con esto, con lo otro... No, no, no... A ver, abrimos la persiana por la mañana, ¿qué tenemos hoy, qué tenemos esta semana? Y nos centramos en eso. Nos olvidamos de Paradas, de Cassá.. Nosotros vamos a lo nuestro, a la gestión diaria, que no sé si dará los resultados que nos gustaría, pero creo que es por lo que nos pagan». Y eso que Losada admite que ella y su familia están perdiendo dinero con su entrada en la primera línea de la gestión pública.

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Una cafetera en el despacho

«Mi marido siempre me dice 'Búscate un 'hobby' más barato'», concede con otra amplia sonrisa esta abogada especialista en incapacidades permanentes de la Seguridad Social y durante dos décadas asesora jurídica externa de una asociación de afectados por Esclerosis Múltiple. Losada llega puntual a la cita en medio del trajín del Festival de Málaga y la agenda política municipal y cuando le preguntan en el Atenas qué va a ser, consulta el reloj, duda y pide un zumo de naranja. «Soy muy, muy cafetera. Cuando llegué al despacho en el Área de Cultura, lo primero que hice fue llevarme una cafetera de cápsulas que tenía en el trastero, pero es que ya llevo dos cafés y no son ni las diez...», confiesa.

La media diaria está entre las tres y las cuatro tazas. Y si alguien quería más muestras de su independencia en asuntos espinosos, Losada le da dos tazas a cuenta de la crisis de gobernanza en la Fundación Unicaja, que justo esta semana celebra una junta general de accionistas crucial para el futuro de la entidad: «Soy la única que está hablando con libertad de la Fundación Unicaja, porque soy la única que no tiene gente enchufada ahí, ni he llegado a acuerdos con el señor Medel para que me coloquen a alguien».

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Y como llueve sobre mojado en la crisis de la Fundación Unicaja, también lo ha hecho estos días en el conato de crisis de gobierno municipal tras su enésimo desencuentro con el alcalde, Francisco de la Torre. Y aquí Losada tampoco evita los charcos: «Hay un concepto básico que desde el principio estoy queriendo que el alcalde entienda: que somos socios de gobierno y que yo no soy una concejala más». ¿Y lo ha captado? Losada sonríe de nuevo: «Nooo... De hecho, hace alarde, en el sentido positivo, de que me trata como a un concejal más. Pero no. Hacerme valer causa roces. Tengo opinión propia sobre ciertos temas. Otros concejales jamás se atreverían a levantarle la voz al alcalde, porque es su jefe. Pero el alcalde no es mi jefe, es mi socio de gobierno».

Los profesionales de la política

Entonces se viene un poquito arriba. «El alcalde lleva toda la vida haciendo lo mismo y esta situación le incomoda. Piensa que dándome, entre comillas, un área no voy a levantar la voz, pero es que no he venido a la política para mantenerme», sostiene antes de seguir tirando de ese hilo. «No entiendo a la gente que sin terminar la carrera ya está militando en un partido y que no tiene vida profesional que ofrecerle a la política. Si no has sido autónomo, si no has tenido un jefe que supiera menos que tú y que te diera órdenes injustas, si no has tenido esa experiencia vital... ¿Qué vas a aportar? PP y PSOE se han convertido en agencias de colocación para ellos mismos».

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Por eso, después de admitir que le gustaría repetir como concejal («con Ciudadanos, por supuesto»), Losada esboza la penúltima sonrisa ante la pregunta de si tiene preparado un 'plan B' por si las cosas se tuercen: «Es que mi 'plan B' es este. No me voy a dedicar esto toda la vida. Tengo una profesión que me encanta, ese es mi 'plan A' y esto es transitorio».

Un zumo de naranja y un té negro: 3,30 euros en el Bar Atenas del Soho

Es hora punta del desayuno (primero, para los afortunados y segundo, para los más madrugadores) en las terrazas de las cafeterías del Soho y Noelia Losada declina el tercer café de la mañana para decantarse por un zumo de naranja en vaso de tubo que apenas toca en casi una hora de conversación. Ha escogido el lugar por puro pragmatismo: está a la vuelta de la esquina (literal) de su despacho en el Área de Cultura, destino actual de su periplo en Málaga, adonde llegó en 2006. «Era para tres años, la duración del contrato que había firmado mi marido (Carlos Jiménez, entonces jugador del Unicaja), pero aquí hemos plantado la familia», concede Losada. Durante la carrera deportiva de Jiménez, fue ella la que dio un paso atrás en su trayectoria laboral. Ahora las tornas han cambiado y es él quien se encarga «de todo» lo relacionado con la casa y sus dos hijos, Pablo (15 años) y Elsa (13). «Mis hijos han visto cómo papá y mamá se reparten las tareas de la casa en función del trabajo que cada uno tenga», resume antes de sentenciar: «El feminismo se practica, no se predica». Una frase, por cierto, acuñada hace años por la parlamentaria andaluza Teresa Rodríguez, que quizá ande cerca de las antípodas ideológicas de Losada, pero no en este asunto.

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