La Junta supedita a sondeos arqueológicos dos grandes proyectos de oficinas y comercios junto a San Julián en Málaga
El Gobierno andaluz obliga a los promotores a excavar más de 30 hectáreas de suelo por su proximidad al yacimiento fenicio del Cerro del Villar
Los promotores de dos grandes operaciones urbanísticas para construir oficinas, naves y zonas comerciales en el entorno de la barriada de San Julián cuentan ya ... con el preceptivo permiso en material ambiental por parte de la Junta de Andalucía, que ha tardado más de un año en evacuarlo, para desesperación de estos empresarios que han visto bloqueada hasta ahora la posibilidad de continuar con la aprobación de los proyectos por parte del Ayuntamiento. Se trata de los sectores bautizados en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) como SUS-G1 y SUS-G2 , en los que están previstas parcelas con capacidad para 66.970 metros cuadrados construidos de uso empresarial o productivo, y un total de 16.498 metros cuadrados de techo comercial.
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No obstante, la ansiada luz verde ambiental de la Junta viene con un condicionante que supedita en gran medida el desarrollo de estos suelos. En ambos casos, la Consejería de Cultura ha emitido un informe desfavorable y ha exigido que de forma previa a «cualquier tipo de transformación del suelo» se lleve a cabo una excavación arqueológica de todos estos terrenos, que suman más de 30 hectáreas, por su proximidad al yacimiento fenicio del Cerro del Villar que se encuentra junto a la urbanización de Guadalmar.
«Nos encontramos en prácticamente la última zona que queda en este sector del término municipal de Málaga (vega baja del Guadalhorce y márgenes del antiguo estuario fluvial) que se mantiene relativamente poco alterada y con un enorme potencial de investigación», apunta en su informe la delegación provincial de Cultura, que considera insuficiente la propuesta de los promotores de llevar a cabo una vigilancia arqueológica en paralelo al movimiento de tierras.
Por ello, la Junta exige que en ambos ámbitos se lleve a cabo «una intervención arqueológica de diagnóstico mediante sondeos con zanjeado para descartar la existencia de estructuras arqueológicas soterradas». «Se ha de actuar con la necesaria cautela en aras de evitar pérdida de patrimonio histórico», remarca Cultura, que deberá autorizar expresamente esta medida previa que reclama para el desarrollo de estos suelos.
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Los técnicos exigen la creación de charcas y medidas especiales para proteger a una especie amenazada de sapo
Además, en el caso del sector de mayor superficie, situado al sur de la barriada de San Julián, pide que se adopten medidas especiales para procurar que no se vea afectada una especie amenazada de sapo para la que incluso se pide que se realicen varias charcas para que pueda permanecer en la zona, y muros de un metro de altura junto a viales y zonas de aparcamiento que impidan que este sapo pueda ser atropellado por los vehículos que circulen por este futuro sector empresarial. Se trata del llamado sapo de espuelas, una especie protegida que también llevó a la Junta a poner reparos al proyecto del Ayuntamiento para acondicionar los suelos del campamento Benítez como parque. «Con objeto de evitar atropellos de los anfibios que puedan poblar las charcas en los viales (carretera y aparcamientos) que recorren, se deberán instalar muros verticales de un metro de altura que limiten el paso, lo que llevará a que se muevan a través de los pasos subterráneos existentes en al carretera A-7», incide el informe ambiental.
Los promotores de estas dos actuaciones iniciaron hace casi una década los trámites ante la Gerencia Municipal de Urbanismo para recabar el visto bueno a la aprobación de ambos sectores. Sin embargo, todavía no la han alcanzado tras recabar varios informes respecto a cuestiones como el riesgo de inundación de los terrenos por su proximidad a la desembocadura del Guadalhorce. De este último asunto ya tienen el visto bueno de la Junta porque se han comprometido a elevar la cota de los terrenos para salvar la huella de la inundabilidad.
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De las dos operaciones de suelos para oficinas, la de mayor superficie es la que está prevista en los suelos baldíos que existen entre la barriada de San Julián y la autovía de Guadalmar. Abarca unos terrenos de 227.565 metros cuadrados y contempla cinco parcelas para uso productivo y empresarial, una zona comercial de 17.542 metros cuadrados situada a espaldas del actual centro Leroy Merlin, varias zonas verdes y un suelo para equipamiento. Los promotores de este sector son varios privados asesorados por el abogado Manuel Jiménez Baras, del despacho Ius Urbis, y el arquitecto José Luis Flores Carreño. Según fuentes cercanas a esta operación, son varios los inversores que se han interesado por adquirir los suelos para desarrollarla pero, como suele ser habitual en estos casos, no darán el paso hasta que se apruebe su ordenación. La otra zona, de 72.981 metros cuadrados, se ubica entre el polígono Villa Rosa y la autovía de Guadalmar. Aquí irán varias parcelas para empresas y un supermercado Lidl.
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