Javier Frutos: «Cerrar en Semana Santa no te garantiza un buen verano; eso sólo se logra con las vacunas»

–¿Cómo está siendo la resaca tras la manifestación del martes?

–Bien. En líneas generales, la repercusión ha sido buena y el mensaje ha quedado claro. Parece que estamos recibiendo ayudas y no estamos recibiendo nada. No nos quejamos por quejarnos.

–¿Echó en falta más participación en la protesta?

–Creo que estuvimos bien representados, pero se echó de menos a más gente porque en el sector somos muchos. En líneas generales estoy contento.

–¿Han recibido alguna llamada de las administraciones contra las que iban sus quejas?

–No. Pero mañana (por hoy) tenemos mesa de la hostelería con el Ayuntamiento, que es la administración que ha entendido mejor lo que necesitamos y que nos escucha.

–¿Cuáles serán los siguientes pasos?

–Espero que el siguiente paso sea tener una reunión con la Junta de Andalucía, ya que no nos hemos sentado ni para presentarle a la nueva junta directiva andaluza. Ya le pedimos en su día una mesa técnica y esperemos poder hablar de las ayudas, ya que somos uno de los sectores más perjudicados. La bajada de la facturación, el cierre de empresas y las restricciones son temas lo suficientemente importantes como para sentarnos y que se nos tenga en cuenta.

–¿Qué le parecen las declaraciones del vicepresidente de la Junta, Juan Marín, en las que dijo que otros sectores lo están pasando peor?

–Me parece que la respuesta no está muy fundada. Todo el mundo lo está pasando mal, pero probablemente el peso de la hostelería no es el mismo que el del resto de sectores. Y sobre todo porque somos un sector al que cierran y abren y cambian los horarios y aforos sin ninguna sensibilidad ni empatía.

–¿Cuál es la situación real de la hostelería a día de hoy?

–De los 18.000 establecimientos con los que partíamos antes del Covid, en torno al 30 por ciento van a llevar a cabo su cierre; la facturación acumulada ha caído un 60 por ciento y la única ayuda directa que hemos recibido es el pago de los ERTE y una ayuda de mil euros que se liberó en Andalucía para los pequeños autónomos.

–¿Cómo esperan la llegada de la Semana Santa?

–Con resignación. Actualmente priorizamos las ayudas porque lo necesitamos, pero también pedimos el poder trabajar. Un aumento del horario es básico. Es engañoso decir que abrimos hasta las 21.30 horas porque no podemos dar cenas. También necesitamos que se haga una apertura provincial, ya que no es lógico se puede venir en avión pero no desde la provincia de al lado. Y eso por no hablar de otros municipios próximos como Torremolinos o la Costa del Sol, en donde hay muy pocos casos y sólo pueden abrir hasta las 18 horas. Creo que en esa mesa técnica que he dicho antes se podrían resolver muchas cosas.

–¿Qué supone una hora para ustedes?

–Supone trabajar un turno o no trabajarlo. Con tantos cambios que hemos sufrido ha sido imposible acostumbrar a la población a cenar antes, por lo que abrir hasta las 22.30 horas supondría un respiro brutal para muchos negocios.

–¿Qué opinan de eso de sacrificar la Semana Santa para salvar el verano?

–Ni cerrar en Semana Santa te va a garantizar un buen verano, ni abrir ahora supondría lo contrario. Lo que está claro es que el proceso de vacunas es lo único que va a marcar el verano que vamos a tener. Lo que nadie quiere es dar un paso atrás, por eso sólo pedimos que abran las provincias y se aumente el horario al menos hasta las 22.30 horas.

–¿Cómo afrontan los retrasos en la vacunación?

–Es una crispación brutal, y ya nos produce un agotamiento psicológico tremendo porque es lo único a lo que nos podemos agarrar para salir de esta situación. Tenemos todas las esperanzas puestas en las vacunas y se nos hace muy largo ver que no llegan.

–¿Cómo cambiará el sector tras el Covid?

Espero que volvamos a la normalidad lo antes posible. Es posible que haya cambios; la gente se ha acostumbrado más a salir por la mañana, y esperemos que lo que se quede sea para bien. Confío en que dentro de unos meses veamos todo esto como una pesadilla que ya pasó.