Familias de un colegio de Málaga piden que continúe el apoyo a alumnos con necesidades especiales

En el Carmen de Burgos hay unos 80 alumnos con necesidades específicas educativas y ocho con diferentes grados de Trastorno del Espectro Autista, TEA, que son los que tienen este asistente 'en la sombra'.

Un asistente sombra es una figura que ayuda a la integración socioeducativa de niños y niñas con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), diagnosticados con TEA (Trastornos del Espectro Autista), síndrome Down y TDAH (trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Estos asistentes son una figura muy importante para ayudar a este alumnado a desarrollarse de forma autónoma en clase, aseguran las familias.

Una de estas madres es Antonia Calvente, con dos hijos autistas escolarizados en este centro de la barriada de Teatinos. La labor de estos profesionales 'sombra' está avalada por un convenio de colaboración específico entre la Delegación de Educación y la Federación Autismo Andalucía, que ha permitido hasta ahora que en este centro, como en otros muchos de Andalucía, se pueda contar con estos profesionales, voluntarios, que realizan estas labores de acompañamiento y apoyo educativo.

Son las asociaciones de padres las que presentan este proyecto de colaboración, que tiene que aprobar el centro educativo, para permitir la entrada al aula de una persona ajena al equipo docente. Esta colaboración se ha desarrollado hasta ahora con normalidad, desde el año 2018, pero, según explica esta madre, el nuevo equipo directivo «sin consultar con el consejo escolar» ha decidido suprimir esta colaboración. «No nos habían informado y la decisión se ha conocido una vez acabado el plazo de escolarización, lo que nos ha dejado sin posibilidad de buscar un colegio en el que sí se ofrezca este servicio».

María José Fernández, presidenta de la AMPA, explica que se han visto sorprendidas en el último consejo escolar con esta decisión de la dirección, que no se les había comunicado con anteriores.

Las familias denuncian que esta decisión supone «una regresión en el desarrollo académico de nuestros hijos» y que, además, afectará a su rutina y hábitos conductuales, pues son alumnos a los que cualquier cambio en sus costumbres puede afectar muy negativamente.

Además, la presidenta de la AMPA indica que este problema afecta a todo el grupo de alumnos de la clase, en las que por lo general ya hay dos o tres niños con necesidades específicas. «Si ahora sumamos a la labor de la maestra atender a niños con autismo, se multiplica su trabajo y dejará de prestar atención al resto de la clase, lo que tendrá consecuencias negativas para todo el alumnado».

Ángela, madre de Alejandro, un niño con lesiones cerebrales, lamenta que se haya quebrado el ambiente de colaboración que había entre padres y colegio. «Ya no me permiten dar las clases de lenguaje bimodal que venía realizando para que los maestros y resto de la clase se puedan comunicar con Alejandro», lamenta. El pequeño no puede hablar, pero sí comunicarse con gestos, por lo que utiliza el lenguaje bimodal, que combina signos y el verbal, para comunicarse con Alejandro, algo que ella misma se ha encargado de enseñar a sus compañeros.

Actualmente, el centro cuenta con dos Profesionales Técnico de Integración Social (PTIS) a jornada completa, y uno a tiempo parcial, y con un profesional de Audición y Lenguaje (AL) y dos profesores de Pedagogía Terapéutica (PT). Este personal atiende a los más de 80 niños y niñas con NEAE que hay en el centro este curso escolar, con la ayuda de los 8 asistentes 'sombras' que atienden a alumnado específico. El Carmen de Burgos es un centro de referencia en la integración de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, por lo que muchas familias lo solicitaban por tener estos servicios. «Ahora se encuentran con que, sin previo aviso, se retiran los asistentes 'sombra', sin posibilidad de elegir otro centro, o de que las familias que tenían aquí escolarizado a algún hijo pudieran cambiar de centro, pues los plazos de escolarización ya han terminado», denuncia María José Fernández.

Las familias, que se reúnen este miércoles con la inspección educativa, reclaman que se renueven los convenios que permiten la labor en el centro de estos asistentes 'sombra'.