Miguel Guerrero, Daniel López y Berta Moreno, en la presentación del encuentro. Migue Fernández

Málaga aborda este mes en un encuentro nacional estrategias de prevención del suicidio: «Es un imperativo ético»

La Facultad de Psicología acogerá este foro, que se celebrará el próximo 27 de mayo y reunirá profesionales de diferentes ámbitos públicos y privados

Jueves, 5 de mayo 2022, 14:47

Cada día hay una media de 11 suicidios en España. Uno cada dos horas y cuarto. En total 3.941 en 2020. Es la principal ... causa de muerte no natural desde que en 2008 superó a los accidentes de tráfico. Una estadística demasiado dolorosa, a la que tradicionalmente la sociedad española ha sido remisa a abordar en su conjunto. El desgarramiento que produce en familiares, amigos y entorno social ha llevado al silencio o la reserva por miedo a un efecto contagio. Estudios empíricos respaldaban la tesis de que una mala comunicación generaba la imitación. «Pero lo que ha cambiado ahora el paradigma es que sabemos que el coste-eficiencia de esa estrategia nos ha condenado porque lastra la prevención». Así lo ha puesto de manifiesto este jueves Miguel Guerrero, psicólogo de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Málaga, en el transcurso de la presentación del I Encuentro Nacional de Prevención, Intervención y Postvención en Conducta Suicida, que se celebrará el próximo 27 de mayo, en sesiones de mañana y tarde, en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga.

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Precisamente, el objetivo de este foro es visibilizar, sensibilizar y concienciar sobre un problema que siempre ha estado ahí, pero del que no se hablaba abiertamente. «Se partía de que el suicidio no era noticia. Solo se informaba cuando era un personaje público relevante o por una consecuencia social grave, como por ejemplo un desahucio. De entrada no era noticia y eso ha generado un silencio mediático del que han sido cómplices las instituciones», denuncia Guerrero.

Por eso, este foro incidirá en la importancia de la alfabetización de la población, para que se sienta importante en la prevención. «Hay un mito de que eso es competencia de los psiquiatras y eso es falso. Todo el mundo tiene esa capacidad de escuchar. Es importante conocer los factores de riesgo de esas personas próximas, como un vecino, un hermano o un compañero. El suicidio no se puede predecir, pero sí se pueden poner en marcha estrategias de prevención», explica este psicólogo.

Y ese contexto es necesario saber detectar las señales de alarma. «Una de las más claras es la verbal: me siento una carga en la vida, mi vida no tiene sentido, no tiene sentido seguir sufriendo, no soporto más vivir... Eso esconde un sufrimiento y a veces no lo relacionamos con una posibilidad de suicidio y cuando ocurre pensamos en qué podía haber hecho», describe Guerrero. En otras ocasiones, las alertas pueden saltar cuando hay cambios en el comportamiento habitual, ya sea con consumo de tóxicos, conductas temerarias, cierre de cuentas en redes sociales, arreglo de papeles, aislamiento social... «Son señales de alerta, que no necesariamente tienen que acabar en un suicidio pero sí indican que la persona está sufriendo y hay que paliar ese dolor y esa desesperanza«. A partir de ahí, lo último será saber conectarlos con asociaciones o el ámbito sanitario. »Es un imperativo ético; no se puede mirar para otro lado», sentencia el psicólogo, que es presidente del comité científico.

A lo largo de esa jornada, intervendrán distintos profesionales del ámbito público y privado con el objetivo que cale el mensaje de que la prevención del suicidio es responsabilidad de todos.

Para ello, se han organizado cuatro espacios, divididos en una mesa de prevención, en donde plantearán todas aquellas iniciativas dirigidas a evitar el suicidio desde el medio educativo, mediático y el ámbito laboral. Habrá una segunda mesa (postvención), donde se dará voz a los supervivientes, familiares y allegados que han perdido a un ser querido, también a las asociaciones, y en la que se tratará el abordaje familiar del duelo tras la muerte por suicidio. En la tercera mesa, que es la de intervención, se expondrán estrategias para prevenir conductas suicidas desde diferentes campos, como las emergencias extrahospitalarias ante una crisis suicida, el ámbito comunitario de salud publica, con una mirada especial a la población infanto-juvenil. Una mesa de debate, en la que intervendrán médicos, fuerzas de orden público, medios de comunicación, responsables del Servicio de Emergencias 061, psiquiatras y políticos, cerrarán el encuentro.

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A lo largo del encuentro, que va dirigido a profesionales y al público en general, se presentará el primer Plan de prevención de la conducta suicida, elaborado en la Universidad de Málaga (UMA). «Creemos que es una iniciativa pionera en España, porque no hay otro plan nacional dedicado exclusivamente al ámbito universitario», expone Berta Moreno, catedrática de Psicología de la UMA.

Nace así con el objetivo de la detección precoz de la conducta suicida tanto en ideas como en planificación e intentos. Está basado en seis líneas estratégicas (con 12 líneas de actuación), abordadas desde la prevención primaria, secundaria y terciaria. La primera de ellas, según ha explicado esta docente, persigue sensibilizar al colectivo universitario sobre la alfabetización de la conducta suicida y también informar al profesorado sobre aquellas pautas de actuación ante situaciones de riesgo de suicidio. «Era una necesidad sin abordar hasta ahora», apostilla.

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Además, ese plan persigue la formación académica de profesionales de distintos ámbitos para abordar el tema con rigor y el fomento de la investigación. En tercer lugar, consideran fundamental la prevención y de ahí la elaboración de un protocolo de actuación para personas en riesgo de suicidio por parte del Servicio de Atención Psicológica de la UMA.

Asimismo, en esa cadena de propósitos, la figura de los informantes clave creen que es muy necesaria para que quien se sienta en una situación vulnerable pueda encontrar orientación en un igual y sea su referente a la hora de pedir ayuda.

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La coordinación y la creación de sinergias con el Servicio Andaluz de Salud (hospital Regional y el Clínico Universitarios), con el Teléfono de la Esperanza, Fundación Alhelí y la Asociación Papageno serán determinantes en un plan para tres años, que al final del mismo evaluará las actuaciones de prevención y analizará cómo han mejorado.

Impulsora de este encuentro ha sido también la Asociación Papageno, que nació para la divulgación científica y ahora es un laboratorio de ideas que busca crear espacios comunes donde profesionales de distintos ámbitos aborden el problema del suicidio en toda su dimensión. «Es un problema social que requiere la respuesta de la toda la sociedad en su conjunto», asegura Daniel López, presidente de Papageno.

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La participación en este encuentro podrá ser presencial o por 'streaming' (el precio varía) y será necesaria una inscripción previa. Será necesario cumplimentar un formulario de inscripción y enviar la orden de pago al correo secretaria@papageno.es

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