Flor, tacón y bata blanca: doctora Rodríguez Pacheco en el laboratorio, Morena en el escenario
Su curriculum como doctora en Biología Molecular ha crecido al compás de los mejores contratos científicos. El de cantaora opta por la receta autodidacta
Cuando se pone la bata blanca, busca el duende en su laboratorio. Cuando se pone flor y tacones, lo que persigue es la ciencia exacta ... del flamenco sobre el escenario.
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Francisca Rodríguez Pacheco es doctora en Biología Molecular y Morena es cantaora. Y son la misma persona.
–«Hola, encantada, soy Morena», escoge para su presentación estirando el codo en esa forma de saludo que impone la nueva normalidad pero que de normal tiene poco. Lo normal, para ella sí, es que también la llamen Paqui o doctora. Contemplándola, pesa más lo primero: racial, rabillo perfecto y chal de flecos que mueve a un compás imaginario, como si en lugar de estar delante de una ambulancia con banda sonora de sirena se encontrara sobre el escenario, al abrigo de los focos, el cajón y la guitarra. «Venga, que soy una loca de las fotos», juguetea en los jardines del Hospital Civil y en una pausa de su trabajo como investigadora principal de un proyecto que estudia la cronobiología de la enfermedad de Crohn. «Hoy es un día importante porque tomamos muestras a un paciente que va a operarse y tengo que estar toda noche en vela: hay que ver qué tratamiento específico se utiliza y en qué momento específico se hace... y cuando lo encontremos, cambiará radicalmente su calidad de vida», avanza la doctora sobre una investigación que merece más que un olé.
Morena también cuenta por decenas otras noches en vela: éstas, de un festival flamenco a otro y alimentando esa pasión que llegó mucho antes que la ciencia pero que ni en un caso ni en otro vienen de cuna. Nacida en Iznájar (Córdoba) –«donde el pantano»–, hace 44 años, recuerda que a su abuela materna «le gustaban mucho los micrófonos» y que por parte de padre «hay tradición de troveros». Lo del flamenco y el cante llegaron de forma innata, y a la hora de ajustar cuentas con el calendario celebra que lleva «20 años dedicada a la ciencia pero más de 40 cantando». En ambos, tratando de innovar a diario.
–«¿Que qué es más difícil en España? La ciencia es una lucha constante, y el cante también», diagnostica breve, como en una fórmula científica.
Esa «lucha constante» de la doctora Rodríguez Pacheco se condensa en cerca de 25 folios de currículum brillante: estudió en Córdoba, en la Facultad de Ciencias de la Salud e Investigación Científica, y se licenció en Biología Molecular. El doctorado le llegó gracias a su investigación sobre la hormona del crecimiento en niños, y desde entonces no ha salido del laboratorio. Ahora en Málaga; pero antes en Londres, Santiago de Compostela, Estocolmo, Gotemburgo o Washington; también ha estado vinculada a casi todos los contratos de investigación con más relumbrón de la escena científica, entre ellos el Juan de la Cierva, el Sara Borrell, el Talent Hub –fue la primera en conseguirlo en Málaga– o el Miguel Servet, por el que ahora investiga como senior de primer año.
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El currículum de Morena, en cambio, se condensa en una línea: «Autodidacta». «Ahí no tengo títulos, pero si quieres te canto y te bailo», sugiere entre risas y encadenando una anécdota tras otra que –ahora sí– darían para una tesis doctoral. Como cuando llegó a Gotemburgo a desarrollar su proyecto a la Facultad de Medicina y terminó siendo conocida por su arte: «En Suecia iba por la calle y parecía famosa; ¡he ganado más dinero cantando y bailando que con la ciencia!», habla ahora Morena, que tiene claro que en su maleta «van antes los tacones y la flor» que la bata blanca. «Mira cómo fue la cosa que llegué un viernes y ya el sábado estaba cantando en un escenario (...). Ese día estaban en la sala un grupo de hindúes que me pidieron que me fuera esa noche a cantar a una fiesta privada y desde entonces no paré», añade la artista y también madre, porque en todos esos viajes «por medio mundo» siempre ha ido su hija, que hoy tiene 10, con ella. «Mi niña aprendió a andar en Washington y aquella noche en Suecia, con tres añitos, estaba conmigo en el escenario, en su carrito...» (...).
Que Morena respira «por el flamenco» se aprecia en detalles como el nombre que eligió para su hija: «Le puse Manuela para meterla en mis canciones y dedicarle las letras que escribo... ¿Te imaginas un nombre como Miriam? Pues no pega», bromea tras entonar, bajito y al toque de palmas, sus 'Nanas para Manuela'.
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Y sí, Manuela encaja tan bien en la nana como la doctora Rodríguez Pacheco en la cuna del flamenco. «Uy, todo lo que sea de Jerez me encanta». Por delante, la búsqueda de la fórmula –casi científica– que le permita avanzar en su carrera artística a la misma velocidad que lo ha hecho la científica. «Cantar es lo que siempre he querido hacer», admite Paqui mientras se mira en el espejo de los que la empujaron a investigar desde el arte y el baile. El Torta, La Macanita, Maite Martín, Arcángel, Marina Heredia... Todos ellos están en la base de su nuevo proyecto, 'Morena in crescendo', que presentará en la sala 'The Hall', el 5 de junio a las 21.00 horas. Morena tiene la receta del buen flamenco, pero también un quejío final: «Mi entrega es la misma en un escenario que en un laboratorio. ¿Por qué tengo que elegir?».
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