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Cómo rescatar un tesoro de Málaga del siglo XVII: la joya del barroco tétrico que destrozaron unos baños
El Obispado realiza la restauración de la cripta del santuario de la Victoria con la previsión de que los trabajos estén finalizados para diciembre
Han tenido que pasar cuatro años de análisis, informes y trámites previos por parte de la Gerencia Municipal de Urbanismo y la delegación de la ... Consejeria de Cultura para que el Obispado de Málaga pueda acometer la restauración de la cripta del santuario de la Victoria, una de las joyas del barroco tétrico español que tuvo que ser clausurada al producirse desprendimientos en uno de sus muros provocados por unas humedades. Desde el pasado mes de agosto, los restauradores de la empresa Tarma se afanan en devolver a este singular espacio el esplendor con el que fue concebido a finales del siglo XVII como panteón de los condes de Buenavista, mecenas de la reforma que experimentó el templo en esa época y que quedó concluida a principios del XVIII.
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Atrás quedan años de estudios que terminaron confirmando la tesis que desde el principio pusieron sobre la mesa los técnicos de la diócesis: el problema estaba en una fuga de unos aseos del clausurado Hospital Doctor Pascual que se encuentran sobre los nichos. Desde el Obispado se ha insistido en la necesidad de que se supriman esos servicios para que no vuelva a repetirse algo parecido, cuestión que depende de la propiedad del Hospital Doctor Pascual o de la Consejería de Salud, que tiene previsto reabrir este centro sanitario en los próximos meses.
Con la confianza puesta en que no se produzca otra fuga, la restauración ya está en marcha con el objetivo de que pueda estar acabada para el próximo mes de diciembre. En el suelo de la cripta están depositadas y clasificadas las piezas de decoración fúnebre que tuvieron que ser retiradas del muro en el que afloraron especialmente las humedades, que también han obligado a reparar las paredes de la capilla-oratorio (antigua sacristía hasta los años sesenta del pasado siglo) que existe sobre este espacio, coronado por el camarín en el que se venera la imagen de Santa María de la Victoria, patrona de Málaga.
Labores de reparación y reubicación
«Lo primero que hicimos es picar todo el cemento y se ha dejado secar la zona durante un año», explica Beatriz Martín, de Tarma Restauración. La segunda etapa de la restauración, valorada en unos 65.000 euros, ha empezado por la aplicación de un nuevo paramento al muro afectado realizado con mortero nuevo de cal hidráulica natural. Sobre esta superficie se van a recolocar todas las piezas de escayola que simulan esqueletos, calaveras y hojarascas barrocas. Esa labor se llevará a cabo con esparto y yeso cola, y también con anclajes de varillas de vidrio en el caso de las piezas más pesadas. Las que quedaron muy fracturadas por la caída provocada por las humedades van a ser reconstruidas en escayola mediante moldes.
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La zona afectada recuperará de ese modo el aspecto que tenía antes de la aparición de las humedades, con la salvedad de que se van a dejar a la vista las placas de mármol de dos enterramientos ocupados desde los años treinta del siglo XIX. Pablo Pastor, arquitecto técnico del Obispado que dirige la ejecución de los trabajos, aclara que mediante fotografías antiguas se ha comprobado que esos dos nichos tenían a la vista estas placas en las que aparecen los nombres de las personas enterradas, una de ellas la marquesa de Casablanca.
No obstante, la reparación de la cripta, en la que se va a instalar una nueva iluminación más tenue y acorde con el lugar, también incluye una limpieza general de toda la decoración existente en el resto de muros, así como la reintegración cromática de algunas zonas en las que el pigmento negro de los fondos se encuentra en mal estado, por lo que va a ser reemplazado con grafito con resina.
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Los sepulcros de los condes de Buenavista, cuyo escudo de armas figura en el frontal del altar de la cripta, no se han visto perjudicados por las humedades pero también va a ser limpiados. En las lápidas laterales de estos enterramientos aparecen los nombres de los condes de Villalcazar de Sirga, sucesores de los de Buenavista y que dan nombre al palacio que actualmente alberga la sede de la Cámara de Comercio. Los restos de estos nobles también están depositados en este lugar desde las primeras décadas del siglo XIX.
En pocas semanas, esta singular estancia cuadrada, de apenas 8,5 metros de lado por 3,3 de alto, cargada de arte e historia, recuperará su valor artístico y podrá volver a abrir sus puertas para quienes quieran visitar y conocer uno de los pocos ejemplos de 'camarín-torre' que existen y que constituye uno de los principales tesoros del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
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