Un Corpus en la intimidad

Con todas las bancadas del primer templo de la diócesis ocupadas (con la correspondiente separación), la misa estacional ha estado presidida por el obispo, Jesús Catalá, quien ha destacado cómo la pandemia «ha trastocado la vida y palpado la debilidad y fragilidad» de una sociedad que vive unos momentos «más llenos de incertidumbre que de certezas». Frente a esta realidad, el prelado ha querido poner en valor durante su homilía los «gestos solidarios de personas de diversas creencias, culturas e ideales que se han puesto al servicio de una humanidad herida».

Tras la eucaristía, comenzaba el cortejo claustral con la presencia de las hermandades de Gloria, las de Pasión, las hermandades sacramentales, la Congregación de los Patronos, la Hermandad de la Virgen de la Victoria, la Orden Tercera de Servitas, fieles de los distintos arciprestazgos de la capital o la Adoración Nocturna. El obispo portaba la custodia en su breve recorrido por las naves laterales con las voces del coro de la Catedral. Una vez completado el desfile, el prelado ha conducido el Santísimo hasta el altar mayor para poner fin a una celebración marcada por la pandemia y las consecuencias que está trayendo consigo. Por ello, el obispo no quiso acabar sin apelar a las «autoridades políticas nacionales, regionales, provinciales y municipales que trabajen por el bien común sin intereses partidistas ni personales».

La última vez en que no pudo celebrarse la procesión del Corpus Christi por las calles de Málaga fue en 1936 porque en la mañana del jueves 11 de junio de ese año, cuando estaba prevista, recorrió el centro de la ciudad la comitiva del entierro del concejal comunista Andrés Rodríguez González, que fue asesinado a tiros en la zona del Carmen. Entre el 10 y el 12 de junio de ese año se produjo una escalada de tensión en Málaga por el conflicto entre los sindicatos UGT (socialista) y CNT (anarquista) a cuenta de la pesca del boliche. Hubo cuatro muertes y varios tiroteos. También fue asesinado el presidente de la Diputación Antonio Román Reina cuando se dirigía al entierro de Andrés Rodríguez.

Así, el convulso ambiente social de las semanas previas al estallido de la Guerra Civil en Málaga limitó los cultos del Corpus al interior de la Catedral. En 1937 volvió a salir la procesión aunque con un breve recorrido desde la puerta de la fachada principal de la plaza del Obispo hasta la del patio de los Naranjos por las calles Molina Lario y Santa María.