COSAS DE LA CIUDAD
La Coracha vuelve a tener resaca los fines de semanaLa estampa que deja el enclave cada fin de semana enfada a vecinos y viandantes, que piden soluciones
La imagen no cambia, y la imagen, si protagoniza las líneas de esta página, no es buena. A pesar de las reiteradas quejas de malagueños ... y lectores habituales, La Coracha continúa amaneciendo cada fin de semana con restos de botellón, suciedad acumulada y desperfectos en el mobiliario urbano. La estampa, que se ha vuelto habitual en esta emblemática zona del Centro Histórico, ha generado malestar entre los residentes, quienes denuncian la inacción de las autoridades ante un problema que consideran «crónico», prueba de ello es que se comentó hace una semana en esta misma sección.
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Botellas rotas, bolsas de plástico, restos de comida e incluso orines son algunos de los elementos que encuentran los vecinos cada mañana, especialmente tras las noches de viernes y sábado. «Es una vergüenza. No solo por la imagen que damos a los turistas, sino por el riesgo para la salud y la seguridad de quienes vivimos aquí», comenta Ana G., vecina de la zona desde hace más de una década.
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Aunque en los últimos meses se han intensificado los patrullajes policiales y se han colocado nuevas señales que prohíben el consumo de alcohol en la vía pública, los resultados han sido escasos. Los jóvenes continúan utilizando La Coracha como punto de reunión nocturno, especialmente por su cercanía al centro y la falta de vigilancia efectiva en ciertos tramos. Los residentes han elevado en varias ocasiones sus quejas tanto al Ayuntamiento solicitando una solución más contundente: vigilancia y presencia policial.
Se necesita baldeo en Bailén-Miraflores
Los vecinos de calle Sevilla y la avenida Arroyo de los Ángeles denuncian el persistente hedor a orina que impregna estas vías, especialmente durante las primeras horas del día. La falta de un baldeo regular ha convertido estos espacios en focos de insalubridad y malestar para residentes y transeúntes. «Es insoportable. Pasar por aquí cada mañana es un suplicio», comenta una vecina. Los afectados reclaman al Ayuntamiento una intervención urgente con limpiezas más frecuentes y el uso de productos desinfectantes. Además, piden medidas disuasorias para evitar el uso de la vía pública como urinario. La respuesta institucional, por ahora, es escasa.
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