Cáritas acoge en sus pisos para estudiantes a siete jóvenes de la provincia de Málaga con dificultades económicas
La iniciativa permite que chicos y chicas procedentes de familias con escasos recursos continúen sus estudios en la capital
inmaculada martos
Viernes, 14 de octubre 2022, 14:09
Siete jóvenes de la provincia, procedentes de familias con escasos recursos, se han instalado recientemente en los pisos para estudiantes de Cáritas Málaga, dos viviendas ... destinadas a acoger estudiantes universitarios o de ciclos superiores que no residan en la capital y para quienes los elevados gastos de alojamiento suponen un verdadero obstáculo.
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Para entrar en los pisos, los jóvenes deben asumir el compromiso de estudiar y esforzarse por aprobar las asignaturas de las que se matriculen, garantizar una convivencia armónica, realizar las tareas básicas de cuidado del inmueble y cumplir con sus respectivos horarios lectivos. Además de esto, cada mes deben realizar una pequeña aportación económica para colaborar con los gastos de uso y mantenimiento de la vivienda.
De la coordinación de este proyecto se encarga Berta Fortes, quien asegura que «de no ser por esta ayuda, las cuatro chicas y tres chicos que pasarán el curso en estos pisos de Cáritas, no podrían continuar con su formación porque sus familias no pueden asumir los costes del alquiler de una vivienda o el traslado diario hasta la capital». Para la responsable, «está siendo una experiencia muy bonita. Estoy encantada de poder formar parte de este proyecto porque hace posible que estos jóvenes, especialmente vulnerables, puedan estudiar lo que les gusta. Nosotros disfrutamos al ver cómo sus sueños se van haciendo realidad». En este curso, las chicas esperan terminar sus estudios, después de años compartiendo con nosotros sus inquietudes e ilusiones. «Cuando las visito, ellas me hablan de su día a día y se muestran siempre muy agradecidas por esta oportunidad que se les brinda», afirma.
Seguimiento de las viviendas
Durante el verano se arreglan los pequeños desperfectos de las viviendas y se renuevan los muebles y enseres en mal estado. Berta cuida de que todo esté lo mejor posible, prestando atención a los pequeños detalles «como si fuesen nuestros hijos o sobrinos quienes los fuesen a utilizar. Ellos nos cuentan que perciben esa cercanía y familiaridad que nosotros les queremos transmitir».
Además de la coordinadora, un equipo formado por tres personas se encarga de ayudar, orientar y atender a los estudiantes en sus estudios y en su formación integral. Acogerles, mantener el vínculo con las familias y con las parroquias de origen –si es que existe–, y fomentar la integración en la vida social de la ciudad, manteniéndoles informados sobre actividades que puedan resultarles interesantes, son algunas de las tareas que realizan estos voluntarios. «También les acompañamos a la parroquia más cercana para que, en la medida de sus posibilidades y, siempre que así lo deseen, se integren en la comunidad parroquial», explica la responsable.
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Jesús Arnanz es el miembro más veterano del equipo. Asumió esta tarea en el año 2013 cuando Cáritas decidió poner en marcha este proyecto con la colaboración de la institución Teresiana. «Para mí esta es una misión muy motivadora. Disfruto mucho de poder estar ahí para lo que necesiten, siendo esa persona de referencia a la que pueden recurrir ante cualquier dificultad con los estudios, con trámites burocráticos complejos o simplemente charlando con ellos de sus cosas», asegura.
Durante todo este tiempo han pasado por los pisos una veintena de jóvenes de la provincia de Málaga. Además de ellos, el proyecto ha contado también conparticipantes de otros países como Alemania, Cuba, Colombia o Argentina. «Se trata de estudiantes que han mostrado un gran interés por realizar las prácticas o el final de sus estudios en España y cuya petición ha llegado a Cáritas desde sus parroquias de origen», explica Jesús. Para él, «en estos casos, lo que más valoramos de su estancia, más allá del éxito en los estudios, es su capacidad de integración en la sociedad malagueña, en nuestras parroquias y en nuestras costumbres.Esta diversidad de culturas no supone ningún obstáculo, sino una gran riqueza para todos. Nosotros, sus tutores, recibimos de ellos numerosas muestras de afecto y cariño, además de su agradecimiento a Cáritas por el apoyo y la ayuda recibida».
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