

Secciones
Servicios
Destacamos
La histórica Clínica de la Bicicleta, una referencia para los aficionados al pedal de Málaga, ha convertido en una oportunidad lo que en principio era ... una amenaza, que ponía en riesgo la supervivencia misma del negocio. La empresa, que ofrece tienda, taller y alquiler, ha tenido que abandonar el local de la calle Victoria, al no poder asumir la subida del alquiler que la propiedad le reclamó a principios de año. En las próximas semanas se mudará a La Roca (frente al centro comercial Rosaleda) y mientras siguen trabajando en el pequeño local donde nacieron, en el pasaje La Trini (contiguo al que tenían en la Victoria).
Alejandro Garrido, su fundador; y David Garrido, antiguo cliente, empleado y ahora socio, comparten apellido pero no son familia. Lo que sí tienen en común es la visión de hacer de la necesidad, virtud. El negocio, que acaba de cumplir diez años de vida, se convertirá en los próximos meses en una factoría artesanal y social de bicicletas recicladas en Málaga. Bajo el nombre de Aliquindoi, y mediante financiación por micromecenazgo (también conocido por la voz inglesa 'crowdfunding') los emprendedores pretenden sacar al mercado su propia marca de bicicletas malagueña. «Se trata de restaurar bicis clásicas, muy duras, resistentes y bonitas; despiezarlas enteras, pintarlas, montarlas con piezas nuevas y darles una nueva vida», explican.
La visión social de la nueva cooperativa llega por dos caminos: de una parte, los beneficios estarán compartidos con las asociaciones que colaboren, tanto para captar cuadros y materiales que sirvan de base, como para su venta al público. Además, si la idea funciona y estas bicis artesanales tienen salida en el mercado, la idea es crear una pequeña factoría que dé empleo a personas en exclusión social, que estarían formados previamente en mecánica y que serían los encargados de montarlas.
La colecta de fondos tiene, por tanto, un doble objetivo: el primero, ayudar con los gastos para habilitar el nuevo local, que necesita unas obras; y el segundo, «para aprovechar y dar un giro hacia un nuevo negocio». La recaudación comenzó ayer en la plataforma Goteo (bajo el título de Clínica de la bicicleta) y el objetivo es lograr un mínimo de 8.000 euros, aunque lo óptimo serían unos 10.000, y para ello necesitan captar a unos 150 mecenas. «Sólo pedimos los gastos de materiales del nuevo local, es un adelanto de dinero sin intereses», explican. La difusión se está haciendo a través de sus redes sociales y grupos de WhatsApp.
Los colaboradores recibirán una serie de recompensas y ventajas, de los que unas serán directamente económicas, tales como la posible desgravación en la declaración de la Renta de servicios tales como la revisión anual de su bici o, directamente, de la compra de una Aliquindoi, con un precio muy ventajoso.
Además, los mecenas tendrán acceso a cursos de mecánica de bicis y patinetes y para aprender a circular, «que es la mejor forma que tenemos de apoyar la movilidad urbana». También se organizarán excursiones de cicloturismo con alojamiento, soporte técnico, guía y logística.
La nueva cooperativa mantendrá la línea de negocio del alquiler de bicis para turistas como una de sus principales fuentes de ingresos; así como el taller de reparación. Pero la idea es no depender tanto de la venta de vehículos nuevos, que hasta ahora estaba entre sus principales actividades.
«El problema de la venta es que no llegan bicis, si hubiéramos vendido el 25% de lo que nos querían comprar no tendríamos problemas, pero hay que tener mucho dinero para reservar un número importante al principio de la temporada, y los grandes se comen el mercado», se lamentan. Pero, a renglón seguido, admiten que el cambio les apetece: «Siempre hemos tenido alma de cooperativa, más que de empresa, queremos aprovechar para que la recompensa a los mecenas venga en forma de actividades para diversificar el negocio».
La situación que están viviendo estos emprendedores pone de manifiesto que el proceso de gentrificación (la subida de los alquileres y el consiguiente cambio de la tipología de vecinos y de negocios) que se vive en el Centro Histórico desde hace años se ha extendido ya al barrio de la Victoria. «En enero nos pretendían subir el local de la calle Victoria un 30%, y eso que ya era inviable antes, estábamos en lo que entraba por lo que salía».
Y no son los únicos. «Se están marchando muchos de los negocios, otros empresarios que llevaban años nos han dicho que les están duplicando el alquiler y se ven obligados a cerrar... Y al mismo tiempo vienen a preguntar para montar bazares y tiendas de complementos para los móviles, que es lo único que está quedando en el Centro».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.