Un instituto público malagueño permite acceder a la universidad en Francia

Bachibac nace de un acuerdo entre el Ministerio de Educación y el Gobierno de Francia. Esta modalidad oferta un currículum mixto con competencias linguísticas de ambos idiomas. Al término del segundo curso, los estudiantes tienen que realizar un examen con el que demostrar sus capacidades idiomáticas. Esa prueba permite el acceso al sistema universitario francés y equivale a la fase de acceso (los exámenes de las asignaturas troncales) de la EBAU. Los exámenes duran cuatro horas y determinan la capacidad de comprensión del idioma de los alumnos.

Los estudiantes cursan las mismas horas que en un bachillerato estándar, con la salvedad de que el reparto es algo distinto. Además, este modelo está enfocado a desarrollar las competencias comunicativas de los alumnos. En la prueba externa se valora la capacidad de exponer argumentos, la comprensión y la habilidad de análisis de textos. Una vez finalizada la prueba pueden elegir cualquiera de las universidades francesas. Es curioso porque ellos realizan las pruebas externas a principios de mayo, así que cuando el resto de compañeros se está preparando la EBAU, estos alumnos ya están recibiendo ofertas de universidades francesas que les han aceptado y quieren que se matriculen. Puede ocurrir que a mitad de junio ya hayan sido admitidos por universidades como la Sorbona mientras siguen estudiando la selectividad. Además, el sistema universitario público francés tiene más becas y el año en un grado cuesta solo 170 euros.

Los alumnos tienen que estudiar en francés estas asignaturas: Lengua y literatura francesa, Filosofía y Matemáticas o Historia. Además, tiene la particularidad de que en segundo la asignatura de Historia se amplía con una hora semanal. Este modelo entiende que la trayectoria de España y Francia no se pueden disociar la una de la otra y es conveniente estudiarlas juntas, en palabras del encargado de impartir la asignatura, Victor Castellón: «La historia de España está incompleta si se ignoran todos los hechos acontecidos en Francia, la misma revolución de la Gloriosa no se entendería sin todo lo que sucedía al otro lado de los Pirineos».

En el bachillerato tradicional los porcentajes para entrar en la universidad se distribuyen de esta manera: el 60% de la nota media del instituto y el restante 40%, de la nota obtenida en la EBAU. Sin embargo, en el Bachibac las cifras varían. La nota en Bachibac supone el 70%, así que disminuye la importancia de la selectividad. Por esta razón a algunos de los alumnos que quieren matricularse en carreras con notas de corte bajas les sirve con la puntuación obtenida en el instituto.

Los requisitos para acceder al Bachibac en el IES Cánovas del Castillo son los siguientes: los aspirantes tiene que presentar un B1 de nivel en francés, demostrar que han cursado al menos un año en el sistema educativo de Francia o también pueden acceder a este modelo aquellos que hayan estado en un instituto bilingüe durante la ESO. Cuando acaban el segundo curso, los alumnos tienen un nivel B2, pero la obtención del título no otorga el certificado, algo que resulta sorprendente porque para el resto de estudiantes internacionales sí se les exige. Pero para los que obtienen el Bachibac no es necesario porque ellos consiguen directamente el 'Baccalauréat' (el Bachillerato francés) y figuran en su sistema educativo francés.

Para complementar esta enseñanza se ofrece la posibilidad de realizar un intercambio en Francia durante un mes. En esa experiencia los alumnos se integrarán en el instituto y asistirán a clase como otro más. De esta manera la inmersión es más directa en el país. El instituto Cánovas del Castillo ha bautizado a este intercambio como Picassomov, que se realiza durante el primer curso. Tiene una duración algo más prolongada para que la integración de los alumnos en la cultura francesa sea mayor. El alojamiento se realiza en casas de familias francesas, y posteriormente el hijo de esa familia vendría a España para completar el intercambio. El año pasado fue en Lyon, Niza y La Ciotat. Una de las estudiantes de este programa es Blanca: «Esto me hizo poder ver cómo es vivir allí y, por ello, ahora puedo decir con más seguridad que sí que me gustaría estudiar en una universidad francesa».