El conflicto de los bomberos de Málaga se recrudece al denunciarles el Ayuntamiento por las pintadas

Al margen de la supuesta entrada en el despacho del jefe, la mayoría de incidencias están relacionadas con las pintadas en la fachada y puertas de los distintos parques y, sobre todo, en los camiones del servicio de extinción dirigidas fundamentalmente contra el inspector jefe José Cruz, cuya destitución exige el 94% de los 306 funcionarios que, incluidos los mandos, conforman la plantilla.

Fuentes municipales confirmaron a este periódico el paso dado por el Ayuntamiento en la vía penal, justificándolo en que «se ha pasado de una protesta sindical al vandalismo y a un atentado contra la propiedad pública con daños que son muy cuantiosos». Una decisión que se une otra de carácter administrativo, como es la apertura por parte del Área de Personal de expedientes disciplinarios a los jefes de cada parque por no haber dado parte de la instalación de banderas pirata en las torres así como de la colocación de carteles y la realización de pintadas en los camiones. Todas ellas acciones que se llevan a cabo en paralelo al encierro que la plantilla mantiene desde el pasado 29 de diciembre. De momento, ya han sido informados del expediente dos mandos intermedios y hay otros cuatro citados a declarar en los próximos días.

Un procedimiento que ha crispado aún más un ambiente ya de por sí caldeado, especialmente desde que el Consistorio endureció el viernes su postura al trasladarle a los sindicatos que toda mejora que se pueda negociar se haría efectiva a partir de 2018, negándose a introducir cambios en el nuevo acuerdo de funcionarios del Ayuntamiento, válido para este año y pactado hace apenas un mes con el respaldo de UGT, CSIF y UPLB (Unión de Policía Local y Bomberos), que suman mayoría suficiente para darle validez pese al rechazo de CC OO, el Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB) y el Sindicato Independiente de Policía (Sip-An). Aún no ha entrado en vigor , pero el equipo de gobierno no está dispuesto a modificarlo.

Sin tener conocimiento ayer de la denuncia interpuesta por el Ayuntamiento, los bomberos ya estaban convocados esta mañana a una asamblea informativa en la que se votará un endurecimiento de las protestas para exigir, primero, la destitución del jefe del Cuerpo, y luego, una negociación para mejorar la organización del servicio y las condiciones laborales de la plantilla. «La cosa está cada día peor, así que vamos a proponer a la plantilla medidas más drásticas y contundentes porque todo esto no tiene visos de solución a no ser que vayamos a la tremenda», advertía ayer el portavoz del SAB, Andrés Millán. El relevo en la Jefatura siguen descartándolo en el equipo de gobierno del PP, después incluso de que el Pleno de la Corporación municipal también lo pidiera con los votos de la oposición.

En cuanto a los aspectos laborales, el pasado viernes hubo un intento de acercamiento en un encuentro propiciado por el concejal de Seguridad, Mario Cortés, aunque según sus propias palabras lo hizo en calidad de «mediador porque lo que piden son medidas laborales que competen al Área de Personal». Sea como fuere, lo cierto es que la propuesta que le plantearon los representantes del SAB y CC OO se encargó de rechazarla telefónicamente el director de Personal del Ayuntamiento, Carlos Gómez Cambronero.

Las reivindicaciones que los bomberos vienen demandando desde hace años se resumen en las tres R: un reglamento nuevo que actualice el vigente desde 1959, la regularización de la jornada laboral que es de 1.944 horas anuales «la mayor de España», remarcan y la reclasificación profesional del grupo C2 al C1 para tener la categoría de bomberos especialistas como establece la Ley de Emergencia de Andalucía y así equipararse al resto de profesionales de la región. A estas demandas se unen las quejas por el déficit de personal y de medios, escenificado el pasado día 31 cuando el parque de Churriana permaneció cerrado porque los bomberos tenían un curso y se registró un incendio en una vivienda al que tuvieron que acudir efectivos de Carretera de Cádiz, triplicando el tiempo de respuesta.