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Alvaro Frías
Miércoles, 14 de diciembre 2016, 00:11
La jueza del Juzgado de Instrucción número 13 de Málaga procesa por un supuesto delito de homicidio en grado de tentativa a los dos jugadores de El Palo detenidos tras la agresión a Samuel Galán, el futbolista del Alhaurín de la Torre B que fue apuñalado tras un partido en el campo paleño, según se recoge en un auto emitido por la magistrada al que ha tenido acceso este periódico.
El suceso se produjo el pasado 20 de marzo, cuando se celebró un partido de fútbol de la categoría primera regional que enfrentaba a los citados equipos. Durante el transcurso del encuentro, la juez explica que uno de los arrestados, S. A. G., capitán de El Palo, le dijo varias veces a Samuel «que le iba a matar, que le vería fuera y que le esperaría, en lo que fue más insistente» tras el descanso.
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En el documento se relata que hacia la mitad del segundo tiempo, el entrenador cambió a S.A.G. y éste, tras dirigirse hacia los vestuarios, los sobrepasó y se fue a la parte de la grada en la que se encontraban los seguidores de su equipo, entre ellos M.S., portero de El Palo que no fue convocado ese día para jugar. La jueza asegura que, antes de la finalización del encuentro, se produjo una conversación, «cuyo contenido no consta», entre los citados jugadores del equipo local.
Tras el pitido final y con el beneplácito de su entrenador y del delegado de El Palo, S.A.G. entró en el campo para celebrar la victoria de su equipo. Una vez dentro, la magistrada asegura que S.A.G. se dirigió hacia sus compañeros, para seguidamente y al ver a la víctima, cambiar su dirección e irse hacia ella. «Tras intentar golpearle dándole un puñetazo, le agarró por el cuello desde atrás y le inmovilizó y a continuación M.S. que había entrado en el campo le apuñaló en dos ocasiones», se relata en el auto.
Ante la agresión a Samuel intervinieron distintos miembros de El Palo para zanjar la situación, momento en el que según la jueza M.S., que al parecer había consumido cocaína esos días, hirió en el muslo al delegado de su equipo con la misma arma blanca. Como consecuencia de lo ocurrido, Samuel acabó ingresado en el hospital y, de no haber sido atendido de urgencia, hubiera fallecido a consecuencia de las heridas de arma blanca que sufrió en el hemitórax. Pese a recuperarse finalmente, el joven presenta diversas secuelas.
Por todo ello, además de los cargos de homicidio en grado de tentativa, la magistrada ha decidido procesar a S.A.G. por un supuesto delito de amenazas y a M.S. por otro de lesiones, siempre según se recoge en el auto emitido por el juzgado. Asimismo, la jueza mantiene que los dos procesados continúen en prisión, en la que ingresaron tras los hechos, y estipula en el documento las fianzas que deberán depositar los acusados, que superan los 60.000 euros.
Sin sentido
Cuestionado al respecto por este periódico, Héctor González Izquierdo, el abogado que representa a S.A.G., insiste en que no tiene sentido la acusación de intento de homicidio contra su cliente. Se refiere a la conversación que se plasma en el auto que se produce entre los dos jugadores de El Palo antes del final del encuentro y de la que se dice que no consta su contenido. Explica que hay tres testigos, que estaban situados junto a ellos en esos momentos, que aseguran que los procesados no hablaron sobre nada del partido ni sobre agredir ni apuñalar a nadie en ningún momento.
González Izquierdo expone que S. A. G. tuvo una riña tras el encuentro con Samuel, momento que insiste que aprovecharon otras personas del público para agredir a la víctima, entre ellos M.S., que ya habría reconocido la autoría del apuñalamiento. El letrado asevera que su representado nunca sujetó al joven para que fuese apuñalado.
Sobre las amenazas, el abogado manifiesta que, aunque se trata de algo incorrecto, es un lance del juego y que es algo que ocurre con asiduidad en los terrenos de fútbol sin mayor trascendencia. En cuanto al otro procesado, este periódico no pudo ponerse en contacto con su letrado.
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