Una empresa realiza un vuelo experimental en la capital.

Los drones que no sobrevolarán las playas de Málaga

El Ayuntamiento quería utilizar estos dispositivos para acabar con las natas, pero la falta de normativa le impide hacerlo

Juan Soto

Miércoles, 22 de junio 2016, 00:19

Iban a ser en el aliado perfecto para acabar con las natas en la playas. Utilizar drones para erradicar uno de los principales problemas del ... litoral malagueño desde hace décadas parecía una idea ingeniosa. La intención era que estos aparatos sobrevolaran el litoral en busca de balsas de suciedad para que los operarios municipales pudieran eliminarlas antes de que se acercaran a la orilla. Era una iniciativa tan fantástica que no podrá ponerse en marcha por la falta de legislación al respecto.

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El área de Playas del Ayuntamiento llevaba meses estudiando la posibilidad de aprovecharse de la tecnología y la robótica para acabar con uno de los eternos problemas de las playas. El planteamiento inicial era que un dron sobrevolara todas las mañanas la costa para localizar suciedad en alta mar y enviar allí a los barcos quitanatas. Pero responsables de la Policía Nacional les han recordado que aún no existe una legislación clara al respecto y que no podrán hacerlo... al menos de momento.

La concejala de Playas, Teresa Porras, reconoce que se trataba de una iniciativa muy interesante y que su puesta en marcha hubiera ayudado mucho a combatir la mugre. Pero la negativa les obligará a seguir como hasta ahora. «Sería una herramienta muy interesante, porque los operarios de los barcos quitanatas podrían dirigirse al foco del problema», reconoce. Con este sistema se hubieran obtenido imágenes nítidas a varios kilómetros de distancia, con lo que «las grandes balsas de suciedad no llegarían a la orilla ni molestaría a los bañistas».

El problema es que la regulación actual no permite que los drones vuelen en ciudad. Durante una reunión mantenida la semana pasada con responsables de la Policía Nacional, se les informó de que la legislación actual no permite los vuelos en núcleos urbanos ni en zonas a menos de 15 kilómetros de aeropuertos con procedimientos de vuelo instrumental, como ocurre en el de la capital.

Al menos, los responsables municipales se volvieron con el compromiso de los agentes de que les iban a mantener al tanto de posibles focos de suciedad en el mar. Como ellos salen todos los días a volar con su helicóptero, les informarán de cualquier situación extraordinaria en alta mar. Sin duda, menos es nada.

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Regulación

La actual regulación que autoriza el vuelo de drones está recogida en el Real Decreto Ley 8/2014, de 4 de julio; una norma que establece condiciones muy estrictas para el vuelo de estos aparatos. En la actualidad se está tramitando el borrador de una nueva ley menos restrictiva, aunque se encuentra paralizada por la ausencia de gobierno estable y no se espera que sea una realidad antes de que acabe el año.

Más allá del uso recreativo (en el que impera un enorme vacío legal), el uso de drones a nivel profesional requiere el cumplimiento de numerosas normas de seguridad. El aparato solo puede ser volado por un piloto que haya obtenido dos títulos específicos homologados por la agencia estatal AESA y siempre tiene que utilizarse en espacios abiertos, sin sobrepasar una determinada altura y fuera de núcleos urbanos.

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Aunque el Ayuntamiento haya recibido un revés en el uso de estos aparatos de última generación, la concejala no descarta su uso en un futuro. «Es un proyecto que sigue ahí y que se abordará cuando esté permitido, porque puede ser un método muy eficiente para controlar el problema», reconoce la concejala. Mientras tanto, no queda otra que esperar.

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