Orden de alejamiento para el acusado de abusar de un niño de tres años

La jueza le ha impuesto al investigado una orden de alejamiento de 500 metros respecto al menor. Además, como medida cautelar se le obliga también a comparecer todos los martes y jueves en los juzgados de Fuengirola, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

El hombre, que llevaba detenido desde el domingo de la semana pasada después de que la jueza prorrogara el arresto, abandonó los juzgados a última hora de la mañana de ayer. En la puerta le esperaban unas 40 personas, madres y padres de niños que asisten al mismo colegio que los hijos de la denunciante, a la que acompañaron en su protesta.

El grupo increpó al sospechoso y le dedicó toda clase de insultos. El hombre tuvo que salir escoltado por la policía la comisaría se vio obligada a efectuar un fuerte despliegue para salir de los juzgados y conducirlo a un lugar seguro. La madre del menor expresó su indignación por la puesta en libertad del denunciado. «No hay justicia en España. ¿No hay suficiente prueba? ¿No les parece que mi hijo tenga suficiente daño? Lo han tratado como a un perro», se quejó la mujer, de origen marroquí, muy enfadada por la decisión. El abogado José Ignacio Francés, que se hizo cargo ayer de la acusación particular, pedirá las declaraciones de varios testigos para respaldar la versión de la denunciante y solicitará al juzgado que ordene el ingreso en prisión del investigado.

Como ayer informó SUR, el episodio que desencadenó su denuncia tuvo lugar el miércoles de la semana pasada, después de que, según la mujer, el ahora detenido se llevara al menor a comprar fruta y luego al parque, extremo que el sospechoso negó ayer durante su declaración, en la que mantuvo que no se quedó a solas en ningún momento con el crío. Su mujer había sido canguro del niño desde los ocho meses hasta los dos años, pero seguían viéndose por la relación de amistad entre las familias.

Ese día, cuando el pequeño volvió a su casa, una prima de la madre ella se encontraba trabajando observó que no tenía el pañal puesto y comprobó que había sangrado. No era la primera vez, según la denuncia. Cuando la progenitora llegó a su domicilio y le preguntó por lo ocurrido, su hijo le contó que «tito» como él se refería al ahora arrestado lo sentó en sus rodillas y que se «encontraron con el lobo». Al día siguiente, ella lo llevó al pediatra, donde el menor volvió a insistir en la misma historia.

El domingo por la tarde, la madre visitó a una amiga que trabajaba de enfermera en Marruecos y que, siempre según la versión de la denunciante, le indicó que su hijo había sufrido abusos. El pediatra del Hospital Materno describió las lesiones que presentaba y, en su juicio clínico, reflejó «sospecha de abuso sexual», según el informe del centro sanitario. Esa misma noche, la Policía Nacional arrestó al individuo.

El investigado, por su parte, negó las acusaciones ante la jueza e insinuó que la denuncia podía estar motivada porque se negó hace unos meses a hacerle un favor a la madre del niño y le guardaba rencor; según él, la mujer le pidió usar los papeles de su hija para traer a la de ella desde Marruecos.