Atracan tres veces en dos meses un salón de juegos en Ciudad Jardín

Los atracadores se han cebado especialmente con la Sala Ciudad Jardín, situada en el número 50 de la calle, que sólo lleva tres meses y medio abierta al público con sus actuales propietarios. El primero de los robos se produjo en enero, cuando unos encapuchados irrumpieron en el local a plena luz del día sobre las cuatro de la tarde armados con un cuchillo.

Para entrar en el establecimiento, los delincuentes utilizaron un sistema que se repetiría en los siguientes asaltos. Dado que el salón de juegos dispone de videovigilancia y control de acceso las puertas se abren con un mando desde el interior, los ladrones aprovecharon la salida de un cliente para empujarlo y acceder al local. Una vez dentro, obligaron a la empleada a que se tumbara en el suelo y cogieron el dinero de la recaudación. Aunque no resultó herida, la chica decidió dejar el trabajo atemorizada por la experiencia que vivió.

El segundo de los atracos se produjo el jueves de la semana pasada, poco después de las once de la noche. De nuevo, dos encapuchados entraron en el salón de juegos utilizando la misma técnica. Uno de ellos se encargó de retener a la empleada mientras su compinche sustraía el dinero de la caja. Tras apoderarse del botín, que en ninguno de los casos fue muy elevado, emprendieron la huida.

El último de los asaltos sufridos por la Sala Ciudad Jardín tuvo lugar a las dos de la madrugada del lunes al martes. En el local había media docena de clientes, que salieron corriendo cuando irrumpió en el mismo un hombre armado con un cuchillo que ocultaba su rostro bajo un casco de motorista. El atracador llegó a tirar al suelo a la trabajadora que estaba en esos momentos al frente del negocio, a la que intimidó con el arma blanca para hacerse con el dinero de la recaudación. La empleada no resultó herida, pero presenta un cuadro de ansiedad.

A estos tres robos hay que sumar el que se produjo el 17 de enero en el Salón Thuiller, situado en el número 12 de la misma calle, donde dos encapuchados se apoderaron de un botín de 1.200 euros tras intimidar a un trabajador del negocio.

Empleados de los establecimientos afectados reclaman a la policía que intensifique la vigilancia para acabar con la inseguridad que se vive en la zona.