José Albujar y Alfonso Artacho, el pasado martes, un  día antes de que se produjera el golpe de Estado.

Atrapados en Burkina Faso

Dos malagueños no pueden salir del país africano tras el reciente golpe de Estado. Los cooperantes Alfonso Artacho y José Albujar trabajaban en la construcción de un pozo en una aldea a 400 kilómetros de la capital

Juan Soto

Lunes, 21 de septiembre 2015, 00:42

Buscaban agua potable con la que abastecer a miles de familia de una aldea próxima a Bobo-Dioulasso, en Burkina Faso, y han terminado atrapados ... en un país que acaba de sufrir un golpe de Estado. Alfonso Artacho y José Albujar, dos cooperantes malagueños de la asociación Pozos Sin Fronteras, se encuentran aislados en un hotel de esta ciudad africana desde que los militares aparecieron en televisión anunciando que tenían el control del país.

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Alfonso explica que llevaban dos semanas trabajando en el país, pero que desde que se produjo el golpe están recluidos por recomendación de la Embajada de España. Sólo salen por las mañanas, para intentar conseguir algo de comida, aunque todos los negocios están cerrados y la violencia en las calles va en aumento. «Han instaurado el toque de queda, y a las seis de la tarde esto se convierte en una ciudad fantasma», explicó ayer a este periódico.

Afortunadamente, en la zona en la que se encuentran apenas se han registrado incidentes importantes, pero las principales carreteras del país están cortadas por decenas de barricadas. «El aeropuerto parece que está abierto, pero no hay aviones ni funciona la compañía de autobuses, por lo que las posibilidades de desplazarse son muy pequeñas».

Con cierta preocupación, adelanta que su intención es abandonar Bobo-Dioulasso hoy mismo. Para ello disponen de un coche propiedad de la oenegé, aunque no tienen gasoil y las todas las gasolineras están cerradas. «Queremos llegar a Ouagadougou, la capital, que es donde se encuentra el aeropuerto internacional, aunque no sabemos cómo porque se encuentra a más de seis horas de camino y no tenemos ni idea de lo que nos podemos encontrar».

Faltan suministros

Según las noticias que les llegan desde la Embajada, los políticos están negociando con los militares para que dejen salir del país a todos los cooperantes internacionales, aunque de momento no se ha concretado nada. Ypor ello desea que le faciliten la llegada hasta la capital del país. «Nosotros estamos bien, pero la situación es muy tensa porque faltan suministros básicos y se producen altercados en las calles».

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El agua como herramienta para salir de la pobreza

  • La oenegé malagueña Pozos sin Fronteras nació el 23 de diciembre de 2003 con la misión de proporcionar a las personas y comunidades locales agua como herramienta básica para salir de la pobreza. En esta ocasión, los cooperantes desarrollaban un proyecto piloto de adaptación de tecnología local para potenciar el desarrollo de cooperativas agrícolas de mujeres en comunidades rurales de Houet. La intención era adaptar los sistemas tradicionales de riego a nuevas tecnologías sostenibles y amigables con el medio ambiente mediante la utilización de bombeos alimentados por placas solares, acumulación de agua y riego por goteo. Pero el proyecto sólo ha durado dos semanas.

El golpe de Estado sorprendió a estos dos cooperantes trabajando en su último proyecto africano. Habían llegado al país hace apenas dos semanas y no tenían fecha de regreso, porque pretendían realizar un proyecto de urbanización completo. «Nos enteramos del golpe por la televisión y llamamos a la Embajada, en donde nos aconsejaron que nos quedáramos en el hotel todo el tiempo que pudiéramos».

El levantamiento militar ha sido protagonizado por simpatizantes del expresidente Blaise Compaoré. El miércoles, los militares aparecieron en la televisión pública para anunciar la disolución del gobierno de transición, asegurar que han tomado el control del país y que mantienen retenido a la fuerza al presidente, Michel Kafando, quien se ha visto obligado a renunciar a su cargo. El golpe se ha producido once meses después de que una oleada de protestas ciudadanas provocaran la salida del presidente Blaise Compaoré. El próximo 11 de octubre estaba previsto la celebración de elecciones en el país africano como punto final al proceso de transición abierto en el país en octubre de 2014.

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