Juzgan a cuatro policías locales acusados de la muerte de un belga tras reducirlo en la calle
El juicio se celebrará en la Audiencia de Málaga el próximo mes de noviembre, tras nueve años de tramitación judicial
Montse Martín
Viernes, 3 de julio 2015, 00:39
El caso de la muerte de un ciudadano belga en febrero de 2006 tras ser detenido y reducido en la calle por cuatro policías locales ... de Marbella será juzgado finalmente en la Audiencia Provincial de Málaga el próximo 3 de noviembre, tras más de nueve años de tramitación judicial. Los agentes están acusados de homicidio por imprudencia grave y omisión del deber de socorro.
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La acusación particular que ejerce la familia del fallecido, Lieve Franz Herman de Wilde, que tenía 44 años, ha solicitado una pena total de siete años de cárcel para los cuatro policías locales. Por su parte, el fiscal acusa sólo a uno de los agentes, al que imputa un delito de homicidio por imprudencia grave y para el que pide en sus conclusiones provisionales dos años de prisión. La acusación pública entiende que los otros tres agentes que intervinieron en el arresto y la reducción del fallecido no se extralimitaron en el empleo de la fuerza, por lo que pide el archivo de la causa respecto de ellos.
El fiscal explica que los agentes se tuvieron que emplear en el uso de la fuerza debido a la gran corpulencia física de De Wilde, que, según afirma, se encontraba en un estado de agitación física y mental debido al consumo de cocaína y alcohol.
Versiones contradictorias
Las versiones que ofrecen los agentes y la familia del fallecido son contradictorias. Los primeros manifestaron que el día de los hechos recibieron aviso de que una persona iba con el torso desnudo y con un pantalón tipo pijama por la calle en un estado de agitación. La familia lo niega y afirma que sobre las 14.30 horas del día 6 de febrero de 2006, de De Wilde, se dirigía a la playa caminando para darse un baño, vistiendo únicamente un pantalón. Una vez hubo salido del agua, se dirigió a las escaleras del paseo marítimo para volver a casa, cuando en el paso de peatones fue sorprendido por los agentes de la Policía Local, quienes sin darle ningún tipo de explicación lo cogieron por los brazos de forma violenta, por lo que se revolvió y se resistió al no entender por qué lo arrestaban. En cambio los policías sostienen que su actitud fue hostil, por lo que emplearon sus defensas para reducirlo.
Los agentes fueron ayudados por dos ciudadanos hasta que llegaron el resto de los policías acusados. Uno de ellos, según el fiscal, se puso de rodillas sobre la parte superior de su espalda presionando fuertemente al detenido, le agarró la cabeza hacia atrás, lo que le dificultó y taponó la entrada de aire en la boca y nariz «y, aunque esta actuación por si misma no fue la causa que desencadenó la muerte del detenido, sí que fue un aliciente para provocar la misma». La causa de la muerte, según el fiscal, fue «delirium agitado» debido al consumo excesivo de cocaína y alcohol.
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En cambio la familia del fallecido, que encargó una segunda autopsia, sostiene en otro informe forense que la causa de la muerte fue por asfixia por sofocación de la entrada de aire a través de la boca y la nariz y que el fallecimiento no fue causado por el consumo de drogas.
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