La reforma del mercado de la Merced sale del atasco tras salvar los reparos de la Junta

Como ha venido informando este periódico, las correcciones de Cultura no afectaban a la propuesta en sí, pero sí a su impacto visual. Finalmente, se suprime el jardín vertical previsto para tapar el gris de la fachada, al igual que la pantalla publicitaria en la que se iba a anunciar la oferta cultural de la ciudad. Igualmente, tampoco se ejecutará el recrecimiento de la corona del inmueble para realzar el mural con imágenes de malagueños ilustres, cuyo diseño también estará supeditado al visto bueno de Cultura.

Sin fecha de apertura

Una vez salvado este último escollo, el grupo de empresarios malagueños que invertirá 1,3 millones (591.119 euros para las obras y el resto en concepto de canon por explotar la superficie comercial durante un periodo improrrogable de 20 años) para convertir el mercado de la Merced en un centro gastronómico en un formato similar al de San Miguel en Madrid o el Victoria en Córdoba confía en contar con el permiso de obras en las próximas semanas. Hasta entonces, la adjudicataria Ezequiel Blanco-Astigarraga Gosis no se atreve a marcarse un plazo. Sobre todo, después de que no hayan cuajado sus planes de hacer coincidir su apertura con la Semana Santa (el Domingo de Ramos es el 29 de marzo).

Mientras tanto, los titulares de la treintena de puestos que aún permanecen activos en el mercado siguen a la espera de que les comuniquen el día en que deberán cerrar para agilizar el ritmo de las obras y acortar los plazos de ejecución, tal y como acordaron con el Ayuntamiento. En principio, los vendedores cerrarán durante los dos primeros meses de trabajos (el tercero podrá ser compatible con la actividad comercial). A cambio, el Consistorio les compensará económicamente, para lo que deberán solicitar una indemnización por lucro cesante.

La remodelación permitirá reagrupar los puestos que actualmente están dispersos por toda la galería en la parte más próxima a la calle Frailes. Así se liberará espacio para la nueva zona comercial (842 metros cuadrados frente a los 300 que hasta ahora ocupaba Supersol), que se situará a lo largo de las calles Gómez Pallete y Ramos Marín. Allí se ubicarán una treintena de pequeños locales de restauración en los que primará la cocina típica malagueña (la mayoría de puestos están ya asignados, algunos por negocios ya existentes en la ciudad).

Además, también habrá un parque infantil y un espacio cultural para conferencias, exposiciones e incluso proyecciones musicales del Teatro Cervantes. De forma complementaria, en la calle Ramos Marín se habilitará un espacio para que pintores y escultores desarrollen su trabajo.