El Guadalmedina, a todo color
Los márgenes del río, a la altura de Hacienda, suman los tres grafitis ganadores del proyecto con el que se quiere adecentar esta zona
Ana Pérez-Bryan
Jueves, 18 de diciembre 2014, 01:41
Puede que embovedado no, o al menos no en el corto ni en el medio plazo, pero existen otras maneras de hacer el Guadalmedina. De ... pasearlo. Por ejemplo a través de sus grafitis. Y para eso no hace falta esperar a que pasen años y años de debates, de proyectos y de obras de ida y vuelta que den por cerrada la cicatriz que parte en dos la ciudad. Al menos la cultura urbana, ésa que parece haber encontrado en el cercano Soho un confortable lugar para echar raíces, trata de aportar algo de color a un escenario que sin embargo reclama una solución más allá de los botes de espray.
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En este trabajo conjunto por adecentar al menos las paredes del río, en este caso las que están junto al edificio del muro de Hacienda, se han empleado desde hace un par de años la Fundación Ciedes y el Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga. Ya en 2012 convocaron un concurso de talento para comenzar a tapizar con grafiti de cierta calidad y contenido los márgenes del Guadalmedina, y justo ayer se añadieron a esas dos primeras obras tres nuevas. La elección de los murales no ha sido casual, a pesar de que al arte urbano se le cuelgue la etiqueta a veces injusta de la improvisación. En este caso, las piezas que desde ayer lucen justo a los pies del puente de la Esperanza han sido escogidas por un jurado entre los 16 bocetos que se presentaron para el proyecto y la ganadora, además, se llevará un premio de 800 euros.
Como en todo concurso, los grafiteros han tenido que trabajar bajo ciertas condiciones. En concreto, que la temática destacara los asuntos del agua y del río faltaría más y que la paleta primara los colores blancos y azules. El resultado: tres figuras que parecen emerger de un medio acuático y que efectivamente vistas en su conjunto aportan la sensación de un trabajo compacto, pensado ex profeso para la zona.
No podría ser de otra manera si se tiene en cuenta que justo ahí, en esa parte del río, se divisan a la perfección los dos imponentes grafitis que firmaron hace poco más de un año los gurús del arte urbano Obey y D*face en sendas torres de un edificio de viviendas, a escasos metros del CAC Málaga; y que sus trabajos, desde la planificación a la ejecución y al resultado final, se convirtieron en carne de corrillo museístico. De disciplina que merece ser tratada como arte. Y el reflejo de este fenómeno en el vecino río es un buen argumento para seguir tapando cicatrices. Al menos por el momento.
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