Olalla Hernández: «Mi sueño es ser una buena actriz secundaria porque el público las quiere mucho»

–¿Siempre quiso ser actriz?

– Suena a tópico, pero no recuerdo el momento en el que lo decidí... Sí que de pequeña bailaba en la cocina y mi bisabuela decía: «¡A esta niña la tenéis que llevar a una capital, porque esta niña... !». Nunca tuve dudas y he tenido la suerte de que mis padres siempre me han incentivado. Todo lo que había en Ronda en la época, me lo ofrecían: recibí clases de baile de Pilar Becerra, clases de teatro... Quería ser artista, me gustaba el escenario.

–Lo de 'Mamá, quiero ser artista'...

– Es verdad que cuando llegó el momento, sí que hubo una conversación... Quería hacer Arte Dramático y he tenido la suerte de que mi madre, sobre todo, siempre me asesoraba, buscaba qué podía estudiar, con qué formarme...

–Ha hecho cine, teatro y televisión, ¿con qué se queda?

– Con todo. Los actores somos actores de todo lo que nos toque hacer, pero sí es cierto que me quedo con el teatro. El vivo te pone mucho la pila... Tienes la sensación de que tu trabajo te pertenece más que en el audiovisual, donde se depende tanto de la fotografía, el ritmo, el montaje, los planos...

–¿Cómo es un día en su vida?

– Depende de si tengo trabajo o no, no siempre estás trabajando, esa es la dureza del actor, pero te recogen a alrededor de las seis de la mañana, es un día muy emocionante para mí, como cuando ibas de excursión en el colegio, llegas a plató, te tomas tu café, pasas a peluquería, maquillaje... te toca esperar... La Casa de Papel tiene un rodaje muy complicado. Y si estoy en casa... pues algo de ejercicio, algún curso de interpretación, la casa...

–¿Qué supone La Casa de Papel en su carrera?

– Cuando me llamaron para hacer la prueba me dio un pellizco y dije: «Ojalá saliera...»... Cuando yo entro, la serie ya ha creado un precedente importante y pensé que estas cosas solo le pasan al resto de la gente... Pero tuve la suerte de que gustó lo que hice y pasaron unos meses hasta que empecé a rodar... Hasta que no me ví con el mono 'colorao'... Al principio sientes un poco de vértigo. A mí me dicen hace diez años que iba a trabajar en una serie así, de tal magnitud, que ve Stephen King, que es fan, y no me lo creo... ¿Yo?, ¿por qué... si no me voy a ir a Hollywood. Hemos tenido mucha suerte con las plataformas actuales, que han abierto mucho el campo.

–¿No se va a ir a Hollywood?

– No... Bueno... Yo... No... No sé... Ya estoy mayor para eso... Esto no es llegar y topar.

–Es una carrera de fondo...

–Claro, tienes que renunciar a muchas cosas, tienes que trabajar en otras, de camarera, doblando ropa... Llevo 11 años en Madrid y pasas por muchos estadios: llegas con euforia, con ganas de comerte el mundo, te crees que porque a un director le hayas gustado, te va a dar trabajo... Y hay millones de personas que queremos lo mismo. Es muy difícil mantenerse solo con el trabajo de actriz, la mayoría de los actores trabajamos 30 días al año y con suerte.

–Lo estamos dibujando pero, ¿en qué situación está su profesión?

– Siempre ha vivido en la precariedad. El público ve lo que sale en la tele o en grandes teatros, pero hay que pasar muchos filtros, esto no es un funcionariado, es muy difícil. Antes del coronavirus había cierto halo de positivismo con la llegada de las plataformas, que han abierto mucho el mercado, y yo, particularmente, notaba que se daba oportunidad a gente nueva.

–¿Dónde pasó el confinamiento?

– En Madrid, con mi gata Greta. Impresionaba mucho ver una ciudad como Madrid vacía. Había mucha tristeza. Creo que tenemos que vivir esta situación más que con miedo, con precaución.

–¿Suele venir a Ronda?

– Vengo a Ronda todo lo que me permite mi vida en Madrid. Es verdad que disfruto mucho allí, pero cuando vengo aquí, lo que más hago es estar con mi familia. También miro más a Ronda. Tengo la suerte de vivir en la calle Real, en los Ocho Caños, y me enorgullece mucho cuando en Madrid o en otro punto conozco a gente que me habla de Ronda, franceses, alemanes... También me gusta pasearme, contemplar un atardecer en la plaza del Campillo es... Vamos a Ibiza o a Tarifa a ver los atardeceres y aquí son maravillosos.

–¿Tiene referentes?

– Me gustan mucho los secundarios que tenemos en nuestro cine. También tenemos unos protagonistas maravillosos, pero mi sueño es ser una buen secundaria porque el público las quiere mucho. Me acuerdo de Chus Lampreave, Terele Pávez... Siempre te acuerdas de ellas. También de Verónica Forqué, Rosa María Sardá, Victoria Abril;y Meryl Streep o Glenn Cloose... Pero las actrices españolas han sido las que han hecho que yo quiera estar aquí. Recuerdo cuando ví 'La niña de tus ojos' y pensé... «¡Mierda, Penélope me ha robado el papel!» (Ríe).

–¿Cuál es su sueño?

–(Uff...) Mi sueño es trabajar, poder mantenerme como actriz. Cuando era más joven, aunque suene a tópico, mi sueño era poder trabajar con Pedro Almodóvar, pero ahora mis sueños no son tan concretos, te das cuenta de que no puedes planificar en esta vida... Mi sueño, como digo, es tener la tranquilidad de que voy a seguir trabajando como actriz.