Una de las arquetas de la tubería de riego. SUR

Regantes de Villanueva del Rosario denuncian vertidos en el Guadalhorce a su paso por Villanueva del Trabuco

Medio centenar de agricultores aseguran que el agua contaminada les impide regar sus cultivos, mientras el Consistorio y el Consorcio Provincial del Agua reconocen fallos de origen en la depuradora y defienden las obras emprendidas para mejorarla

Julio J. Portabales

Villanueva del Trabuco

Sábado, 30 de agosto 2025, 00:03

Rafael Ruiz es agricultor por vocación. Amante de la tierra y de sus cultivos, confiesa que nunca imaginó que tendría que luchar contra el agua ... para poder regar. Pero no se trata de la falta del recurso, aunque también afecta, sino de su mala calidad. Basta con mirar su huerto para entenderlo: tres de sus nogales se han secado. «El problema está en el agua; llega con espesor, con malos olores y con una contaminación que no permite regar», lamenta.

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Como Rafael, otros 49 agricultores integran la Comunidad de Regantes 'La Huerta', en Villanueva del Rosario. Todos ellos denuncian que el agua que toman del río Guadalhorce, a dos kilómetros de Villanueva del Trabuco, no es apta para sus cultivos. Según aseguran, el municipio vecino, con más de 5.000 habitantes, vierte sus aguas residuales directamente al río sin pasar por la depuradora. «Así no se puede trabajar», resume el agricultor, que como otros compañeros se debate entre mantener su actividad o dejar sus tierras en barbecho ante la falta de garantías.

50 agricultores afectados

La situación no es nueva. «Llevamos años arrastrando este problema», subraya Rafael, que recuerda que el municipio contaba con una depuradora antigua, pero quedó inutilizada tras anegarse. Posteriormente se construyó una nueva, aunque en una ubicación que complica su uso: en lo alto de un cerro. «Hace falta un motor para bombear el agua hasta allí. Eso cuesta dinero y parece que prefieren ahorrárselo y echar el agua al río», sostiene el secretario de la comunidad. Mientras tanto, la desconfianza crece entre los regantes, que evitan invertir en la limpieza de tuberías cuando saben que, al final, no podrán usarlas.

Nogal afectado por el riego con aguas del Guadalhorce. SUR

El impacto económico es evidente. No se habla tanto de pérdidas directas como de «ausencia de ganancias», explica Ruiz, porque muchos agricultores han optado por no sembrar ante la incertidumbre. «Hay días que el agua parece más clara durante una hora, sobre las once, pero no se puede arriesgar una cosecha entera», comenta con resignación. A su juicio, el problema está enquistado por la falta de coordinación institucional. «Desde el Ayuntamiento nos dicen que el mantenimiento corresponde a la Diputación, y ahí se lavan las manos», lamenta.

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«Hay días que el agua parece más clara durante una hora, sobre las once, pero no se puede arriesgar una cosecha entera», explica Ruiz

El biodisco

Desde el Consistorio trabuqueño reconocen a SUR la existencia de problemas, aunque insisten en que la responsabilidad no recae directamente sobre ellos. «La EDAR depende de Diputación. Nosotros lo transmitimos a Diputación y llevan desde que entramos a gobernar, hace dos años, realizando mejoras en la planta», explican. Según detallan, las dificultades técnicas se centran en los biodiscos del sistema de depuración, que han sufrido varias averías. «No encontraban las piezas, se volvieron a romper y están en ello, arreglándolo. Han encargado unos biodiscos nuevos y un tapiz nuevo y la empresa los está montando», señalan.

Además, este periódico, tras contactar con el Consorcio Provincial del Agua, ha podido saber que ya se ha ejecutado una primera fase de obras en la EDAR de Villanueva del Trabuco, adjudicada a Tragsa por parte de la Diputación con un presupuesto de 303.000 euros. Esa actuación, que ha finalizado, será certificada en septiembre tras retrasarse la visita de los servicios de intervención prevista para agosto. A esta primera fase le seguirá otra, también encomendada a Tragsa, con una inversión de 180.000 euros. Desde el Consorcio recuerdan que, además de esas fases, como explotadores de la depuradora asumen el mantenimiento diario y atienden los avisos y emergencias que se producen.

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No obstante, advierten de que el problema de fondo radica en el diseño original de la planta. «Es verdad que esas instalaciones estaban mal porque era un problema de origen. El mecanismo fundamental, el biodisco, es muy caro y pesado; y cuando el eje se descalibró empezaron los problemas. Eso sigue sin estar del todo subsanado», señalan. Con todo, subrayan que se están haciendo mejoras, aunque la solución definitiva no será sencilla. «Hasta que no se estabilice el funcionamiento del biodisco no estará arreglado del todo. Se está intentando mejorar todo lo posible, porque la instalación estaba en muy mal estado», concluyen desde el Consorcio, mientras los agricultores continúan a la espera de una solución que les devuelva la confianza para sembrar.

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