Pelle Lundborg, en su finca Solmark de Carratraca, muestra dos aguacates de su cosecha. Ñito Salas
La Granizada

Pelle Lundborg: «Nuestros aguacates de Carratraca llegan directamente hasta la Casa Real de Suecia»

El emprendedor sueco dejó atrás su carrera en el mundo de los videojuegos para comenzar una nueva vida al frente de una finca ecológica en Málaga

Ignacio Lillo

Málaga

Martes, 15 de julio 2025, 00:09

Pelle Lundborg nació en Suecia y tiene 47 años, aunque ya lleva casi más tiempo en Málaga que en su país natal. Además, tiene dos ... hijos malagueños. Emprendedor por naturaleza, comenzó a hacer negocios con sólo 16 años. Fue uno de los fundadores de grandes compañías del sector de los videojuegos como Nordic Games y Embracer. Ya apartado del mundo de la tecnología, ahora se ha reconvertido a empresario agrícola, con una potente línea de exportación de productos ecológicos, que arrancó con un viaje a su país a bordo de su Tesla eléctrico. Los aguacates que cultiva en su finca de Carratraca llegan incluso a la Casa Real nórdica.

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–Empezaste a trabajar cuando todavía eras muy joven.

–En Suecia es muy típico que los niños hagan trabajos como vender libros a sus vecinos en Navidad para ganar algún dinerito o premios. Yo hice todo ese tipo de cosas para ahorrar, porque me gustaba la idea de emprender. Con 14 años empecé a trabajar después del colegio en una tienda de electrónica y productos de importación de Asia. Como estaba un poco cansado del colegio, con 16 años cogí el dinero que tenía y compré un local pequeño y empecé a vender videojuegos y juegos de rol.

–¿Y cómo fue el salto a la industria de los videojuegos?

–Cuando la UE abrió el mercado libre en Europa, empecé a comprar videojuegos en Inglaterra, y también vendí los primeros vídeos de manga, en el año 94. Luego, en el 98 vendí mi tienda a un amigo y creamos Nordic Games, una cadena de tiendas y de venta por correo. En el año 2000 esa empresa fue vendida a Game. Pero después de un par de años empezamos otra vez en Suecia y en 2008 arrancamos a hacer nuestros propios videojuegos. Así fue como en 2011 compramos JoWood, que posteriormente adquirió los derechos de THQ y se convirtió en Embracer Group (hoy en día es una compañía cotizada en bolsa, con más de 3.000 empleados).

«Los videojuegos más famosos que hicimos en aquella época fueron 'Darksiders' y 'Saints Row'»

–¿Y qué juegos famosos llegaron a hacer en esa época?

–Los más famosos fueron 'Darksiders' y 'Saints Row'.

–De los videojuegos a la agricultura, ¿cómo sucedió ese cambio de vida?

–En 2016, justo cuando salió la compañía a bolsa, estuve un año muy enfermo, ingresado en el hospital. Estuve fuera mucho tiempo y vi que tenía que hacer otras cosas. Hasta entonces, viajaba y trabajaba mucho y ya el cuerpo me dijo que no quería más. Y entonces encontré una finca antigua en Carratraca a la que había que darle una vuelta. Desde 2006 ya vivía en Málaga. Mi padre era ingeniero y profesor de pilotos, y mi madre, experta en setas y en plantas: así que primero viví la parte de mi padre y ahora estoy viviendo la parte de mi madre (risas). Siempre me ha interesado mucho el mundo del campo y la agricultura.

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«Estuve un año muy enfermo, ingresado en el hospital, y vi que tenía que hacer otras cosas»

–Y así fue como fundó la finca Solmark.

–Le dimos una vuelta a la finca con ayuda de la gente local, pues parte de ser ecológico es también emplear a trabajadores locales y lo que hay en la zona, y aquí hemos encontrado a muy buenos profesionales. Cultivamos de todo: almendros y olivos en secano, aguacates, cítricos, pero con la diferencia de que usamos la tecnología para gastar la mínima agua posible, y lo mezclamos con conocimientos antiguos.

–Y en 2019, cargas tu Tesla eléctrico con aguacates y los llevas desde Málaga hasta Suecia.

–Sí, los llevamos en un viaje para arrancar una línea de venta directa a los hogares. Incluso la Casa Real de Suecia recibe cada semana un caja de aguacates. Hay mucha gente que le interesa, porque allí llegan pocas frutas tropicales y nuestro producto es ecológico. También hay gente que vive en sitios donde no hay tiendas cerca, porque Suecia es muy grande, pero viven pocas personas. También hacemos aceite de oliva y llevamos otros productos de pequeños fabricantes locales.

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«Llevamos un Tesla cargado de aguacates de Málaga a Suecia para arrancar una línea de venta directa a los hogares»

–¿Y por qué lo haces?

–Hay que hacer cosas buenas, es una ambición moral. Y ser un poco idealista: llevamos productos con la mejor calidad a personas que los buscan. En las grandes cadenas hay mucho desperdicio. Hay que coger la fruta en su punto y tener una cadena logística muy corta para llegar rápido, aunque sea en camión. Así llega la fruta al consumidor sin intermediarios: La corto de mi árbol, la pongo en la caja y la llevo a su casa en un plazo de entre siete y diez días.

–¿Hay mucha diferencia entre vender videojuegos y aguacates?

–Bueno, hay diferencia, pero siempre hay que llevar las cosas en buen estado, de buena calidad y lo más rápido posible. El precio no siempre es lo más importante. Y también parte de la experiencia es invitar a los clientes a ver la finca y a conocer la zona: los mando a comer en el pueblo, o en Ronda, o van al Caminito del Rey o a Fuente de Piedra.

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«Tengo que hacer cosas con las que me sienta bien y que beneficien a la sociedad»

–Y ahora ha comprado una segunda finca también en Carratraca. ¿Qué va a hacer?

–Sí, se llama La Moraleda y la compré hace cinco años, pero estamos esperando a las licencias de la administración local, que van un poco lentos, por decir algo. Vamos a hacer un pequeño hotel y un restaurante, y tendrá un arboreto, para ver plantas raras. Tenemos diez hectáreas con olivos antiguos y un bosque de encinas, al lado del centro del pueblo.

–Así que después de toda una vida sigue emprendiendo...

–A ver, hay quien se habría comprado una casa grande y un yate, pero eso no es para mí. La ambición tiene que venir de otra cosa, ¿me entiendes? Hay cosas que dan un valor, para alguien o para ti mismo, para mis niños o para el mundo entero... Tengo que hacer cosas con las que moralmente me sienta bien y que beneficien a la sociedad...

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