El patio del Museo de Antequera se transforma en un auditorio de jazz

Hasta 34 grados se han padecido en las noches de esta semana, pero más elevadas fueron las sensaciones que fueron creciendo con el talento musical que se dio cita en el programa promovido por el consistorio local. Fueron tres noches de diversidad musical donde la asistencia del público fue aumentando a medida que se celebraba, buscando una agradable velada con la música como mejor acompañante.

Abrieron los espectáculos el martes 16 de julio 'Estefanía Alpresa Quartet' que ofrecieron el pase más tranquilo de los tres días de jazz. Una forma elegante y emocional de adentrarse en la parte más clásica de este estilo musical. Alpresa fue marcando el acompasado ritmo de la música para una noche que fue antesala de lo que llegaría al día siguiente.

De nuevo la cantante, volvería a repetir en este espacio el miércoles 17 de julio con la formación 'Danzad Malditas'. La aportación del swing más rítmico, con más baile y más cercano, mirando muy de cerca a la bossa nova se hizo presente. Más movimiento, más instrumento y más público que se fue animando a visitar el Nájera Jazz de este año. La cercanía de los músicos invitó a momentos de diversión marcados por su estilo.

'Wasabi Cru' lo borda

Y se cerró el festival 'Wasabi Cru' el jueves 17 de julio, contando con lleno de público en el patio del Palacio de Nájera. Su apuesta por una renovada imagen del jazz con el neosoul como punto fuerte en sus temas interpretados fu su principal eje en el concierto; aunque el funk tampoco se quedó atrás marcado por la potente voz de Noelia Sakura.

De este grupo que pudimos escuchar hace cinco años, mucho se ha notado el despegue y ser una de la formaciones de jazz nacional más emergentes y destacadas. Les seguiremos muy de cerca porque la naturalidad en su puesta en escena sin artificios, buscando sólo la música como principal elemento de la actuación, dice mucho de su calidad.

Noelia Sakura puso al público en pie en más de una ocasión. Su voz, sus maneras, su talento de comunicar... fueron más fuertes que las altas temperaturas. Le tocó lidiar con esas noches donde no es que haga calor, es que se percibe una flama imposible. A su ritmo se le sumó el compás de los abanicos, las botellas de agua y el ritmo de las caderas del público presente. Sorprendieron a los asistentes en una gran noche con la que se cerró el Nájera Jazz de 2025, marcado por presentar este género en muchas de sus vertientes para así crear nuevos adeptos y seguidores. Ahora, a una semana del blues.