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La Cueva del Gato y su entorno constituyen uno de los parajes naturales más singulares de la provincia de Málaga. Este Monumento Natural y Bien de Interés Cultural (BIC) recibe cada año cientos de visitantes y está situado en el término municipal de Benaoján. Se le considera, según fuentes históricas, el punto en el que nace el río Guadiaro, frente a quien estima que este cauce tiene su origen en la unión de los ríos Guadalevín y Guadalcobacín, ya que es a partir de la cavidad donde el caudal del río adquiere su entidad, lo que lo sitúa como el más importante de la Cuenca Hidrográfica del Sur.
El Ayuntamiento, tras la inauguración de un nuevo puente de acceso, quiere poner en valor el enclave, con la puesta en marcha de proyectos como la creación de un Centro de Interpretación de la Prehistoria o una pasarela para hacer accesibles los primeros metros de la cavidad. Otra de las medidas, más polémicas, se refiere al cobro por acceder a la zona, lo que el Consistorio justifica ante la necesidad de conservar el espacio y de crear servicio de vigilancia. El experto Manuel Becerra, Técnico Superior en Gestión de los Recursos Naturales, natural de Benaoján, señala cinco motivos por los que es necesario limitar el acceso:
En la llamada galería del Caballo, no muy lejos de la boca de Gato, se conserva un ciervo pintado en ocre. Por su técnica de ejecución podría datarse en el Solutrense, por lo que tendría una edad aproximada de unos 20.000 años, lo que demuestra que el hombre ya visitó la Cueva en el Paleolítico Superior, pudiendo ser considerada como un santuario satélite del gran lugar de agregación que supuso la Cueva de la Pileta. También se conoce otro motivo, que parece representar a un caballo, pero su autenticidad no está muy clara. Se necesitan estudios más profundos de la cavidad pues seguramente existan más muestras de arte rupestre de este periodo.
La Cueva del Gato y su entorno (cuevas de los Ojos de Gato, de la Canal, de la Cabaña, de la Higuereta y abrigo de la Atalaya) constituyen uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de Andalucía. En el interior de la Cueva del Gato se han encontrado restos arqueológicos que van desde el Epipaleolítico a la Edad del Bronce (12.000-3.000 años antes del presente), destacando sus cerámicas decoradas de época neolítica. Además de las citadas cerámicas, en su interior se recuperaron varios esqueletos durante unas excavaciones en los años setenta y numerosos útiles en sílex y hueso, así como hachas pulimentadas, cuentas de collar, pulseras de piedra… Por desgracia el yacimiento se encuentra muy deteriorado a causa de las numerosas excavaciones llevadas por expoliadores y muchas piezas, algunas de gran valor se encuentran en colecciones particulares. Todo ello debido a la falta de vigilancia de la cavidad.
Además de arte rupestre paleolítico, la Cueva del Gato alberga en sus paredes un interesante conjunto de pinturas rupestres de época neolítica y calcolítica, cuyo descubrimiento se remonta a 1914. En enero de ese año Henry Breuil, sacerdote francés conocido como el padre de la Prehistoria y quien tan sólo un par de años antes había estudiado el arte rupestre de la Cueva de la Pileta, descubrió un antropomorfo de color rojo. Por su similitud con otros motivos representados en los abrigos del Macizo de Líbar, debe encuadrarse dentro de una cronología neolítica. Curiosamente la Cueva del Gato es la única cavidad profunda de la Serranía de Ronda donde está representado este tipo de arte esquemático, pues el resto de yacimientos que contienen estos motivos pictóricos son abrigos donde llega la luz natural. Parece que por encima de esta pintura existen restos de otro motivo, por lo que sin duda hace falta un estudio serio de las manifestaciones de arte rupestre de esta cavidad. En la misma pared, y a escasos metros, se encuentra un signo pectiniforme de color negro similar a los que decoran las paredes de la cercana cueva de la Pileta.
El entorno de la Cueva del Gato alberga una rica flora en la que destacan algunas especies de orquídeas silvestres como Ophrys apifera. Ésta es una orquídea propia de ambientes húmedos que crece en pastizales próximos a cauces de agua o con suelos con alto nivel de humedad. En la chopera de la Cueva del Gato se encuentra una de las mejores poblaciones de este taxón en la Serranía de Ronda, pero el exceso de visitas, el pisoteo y la recolección, suponen una grave amenaza para su conservación.
Paxillus ammoniavirescens es un hongo que crece asociado a los sauces en los márgenes del Charco Frío. Es una especie muy rara en Andalucía, de la que tan sólo se conocen dos poblaciones, una de ellas la situada en la Cueva del Gato. Es una seta tóxica que incluso puede llegar a ser mortal.
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