El Guadalhorce responde a la ampliación de la A-357: «Es un gran paso para la comarca»
Pizarra aplaude la licitación y pide solapar el siguiente tramo; Álora y Cártama advierten que quedarse en Casapalma-Cerralba es «una solución a medias», mientras Coín ve una oportunidad estratégica para la comarca
Han pasado casi dos décadas desde que se inauguró el último tramo de la autovía del Guadalhorce. Desde 2007, esta carretera ha sido escenario de ... promesas y proyectos que nunca llegaron a materializarse, hasta ahora. La Junta de Andalucía ha decidido dar un paso definitivo y ha aprobado la licitación por 57 millones de euros del primer tramo que permitirá retomar el desdoblamiento de la A-357, una obra largamente esperada por miles de vecinos y considerada clave para conectar el interior con Málaga y la Costa del Sol.
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El proyecto abarca 4,2 kilómetros entre Casapalma y Cerralba, incluye la construcción de un viaducto de 250 metros sobre el río Grande y varias rotondas para mejorar la accesibilidad. Un diseño que, según la Consejería de Fomento, responde al objetivo de «reactivar una infraestructura estratégica» que no ha sumado ni un solo kilómetro nuevo desde hace 18 años. Sin embargo, la reacción en los municipios afectados refleja una mezcla de alivio y escepticismo: todos coinciden en que el anuncio es positivo, pero para muchos se queda corto.
En Pizarra, uno de los grandes beneficiados de esta primera fase, el alcalde Félix Lozano no oculta su satisfacción. «Es una gran noticia», afirma con rotundidad, recordando que días antes recibió la confirmación de la consejera Rocío Díaz sobre la inminente licitación. Lozano destaca que el tramo no solo desdoblará los carriles, sino que contempla accesos esenciales: «Incluye las rotondas de entrada a Cerralba y el enganche con el camino de Villalón, lo que va a suponer una mejora notable para el tráfico». El alcalde no pierde de vista la siguiente etapa, la que conectará Cerralba con Zalea. «Ya hay un anteproyecto, con una inversión estimada de 15 millones para salvar el paso sobre la vía del tren y el puente del Guadalhorce. Queremos que las obras se solapen para que no se pierda tiempo», señala.
Solución a medias
El tono cambia en Álora, donde su alcalde, Francisco Martínez, considera que la actuación llega tarde y resulta insuficiente. «Por fin parece que se va a avanzar en la A-357, pero no puedo estar conforme», asegura. Para él, lo mínimo habría sido extender la licitación hasta el cruce de Zalea, uno de los puntos más conflictivos por su elevada siniestralidad y las retenciones diarias que se producen en hora punta. «Es una solución a medias para un problema grave. Esta decisión demuestra, una vez más, el desconocimiento de la realidad de la comarca y la falta de planificación para responder a las necesidades del interior», afirma con contundencia.
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Desde Cártama, el municipio donde finaliza actualmente la autovía, el alcalde Jorge Gallardo reconoce la urgencia de la obra y su valor para una comarca en crecimiento: «Cada día son más los vecinos que se han venido a vivir al Guadalhorce y necesitamos comunicaciones que den respuesta a ese aumento de población». Sin embargo, coincide con Álora en que la ampliación no puede quedarse en cuatro kilómetros. «Es una actuación muy necesaria, pero ya nace insuficiente; como mínimo, se debería continuar hasta Álora para cubrir el volumen de tráfico que soporta la vía», sostiene.
En Coín, aunque el impacto directo es menor, también se valora la noticia como una oportunidad estratégica. Su alcalde, Francisco Santos, afirma que el desdoblamiento de la A-357 no solo garantiza la movilidad de los vecinos del Guadalhorce, sino que «es una gran oportunidad para toda la comarca por donde pasa el crecimiento de la Gran Málaga».
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El anuncio de la Junta pone fin a años de paralización y promesas incumplidas. Para encontrar la última ampliación hay que remontarse a 2007, cuando se abrió el tramo entre Cártama y Casapalma. Antes, en 2004, se inauguró el que conecta el PTA con Cártama, y en 1993 el primero entre Málaga y el parque tecnológico. El tramo ahora licitado ya estuvo adjudicado en 2010, pero las obras nunca comenzaron y la Administración autonómica tuvo que indemnizar a la empresa adjudicataria con medio millón de euros. Con el proyecto actualizado y los trámites ambientales superados, la Junta asegura que las obras comenzarán tras la firma del contrato, con previsión de colocar la primera piedra a comienzos de 2026.
En el Guadalhorce, la sensación es clara: este primer paso es histórico, pero no suficiente. «El Guadalhorce no puede seguir esperando», resume Félix Lozano. Una frase que bien podría servir como lema para toda la comarca, que ve en esta autovía no solo una mejora en la movilidad, sino la llave para su desarrollo económico y social.
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