Furor por el intercambio de cromos en Alhaurín de la Torre
Desde hace cinco años, decenas de personas se reúnen en Retamar convocadas por José López Hurtado para disfrutar de su pasión por el coleccionismo
A sus 72 años, José López Hurtado no es capaz de recordar el tiempo que hace que colecciona cosas. «Toda la vida», resuelve. Su afición ... le ha acompañado en sus viajes por medio mundo, como empleado de una compañía americana de cruceros. Este amor por reunir cosas, le ha llevado a atesorar billetes de distintas naciones, algunas ya extintas, como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o Yugoslavia.
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Pero eso no es nada comparado con su verdadera pasión, los cromos de fútbol. Con el objetivo de completar las colecciones que tiene, ya más tranquilo en Alhaurín de la Torre, tras su experiencia con la operadora turística, decidió comenzar a acudir al mercadillo de la plaza de la Constitución de Málaga, lugar tradicional de intercambio de estampas, pero no le terminaba de convencer. «Un día, cuando trabajaba dando clases de Inglés cerca del mercado de Alhaurín de la Torre, cité a ciegas a los aficionados a este hobby y acudieron una docena de personas. A partir de ahí, comenzó a crecer, con el boca a boca, y ya son cientos los que nos juntamos», recuerda. De hecho, las «dimensiones» del encuentro espontáneo hicieron que optara por cambiar de ubicación y así llegó la del quiosco de Retamar.
¿Y qué es lo que buscan estos amantes los cromos? El grueso de las transacciones tienen que ver con las ilustraciones dedicadas a los jugadores de la Liga, tal y como explica López Hurtado, pero a la quedada acuden también quienes buscan cromos de dibujos animados o de coches, por ejemplo. Eso hace que baje algo la edad media de los que se juntan, que, como explica López, para nada, es infantil. «El 90% de los que estamos allí tiene más de 40», resume el promotor de esta cita.
Francisco Javier Valle es uno de los que cumple el perfil. Comenzó con los cromos de niño y, aunque no siempre ha podido ser fiel a este entretenimiento, tiene una veintena de álbumes completados, además, con tapa dura, en la edición de más calidad, que es como un libro.
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Esta actividad le ha permitido ver el valor que tienen las estampas dedicadas a ídolos como Mbappé, Lamine Yamal o Messi, sobre todo, en sus primeros años en el Barsa. «Esta posibilidad de intercambiar me ha dado la vida», deja claro Valle, que aclara que no en todos los sitios se favorece el trueque. «Hay coleccionistas, sobre todo, americanos, que llegan a pagar 6.000 euros», sostiene.
Pero más allá de las excentricidades, que las hay, el amor por las colecciones de cromos fomenta valores muy positivos, como afirma Paco Amaya, otro de los que se da cita en Retamar casi sin falta.
«Lo heredé de mi padre, Juan. Me he criado con los cromos y he mantenido esta tradición, ahora con mi hija de 7 años», se presenta. Él busca las estrellas del balompié y guarda, con cariño, algunas ediciones como las dedicadas a los «años buenos del Málaga», incluido su paso por las competiciones en Europa. «En este momento, en el que todo va tan rápido y sobran las pantallas, disfrutar de estas reuniones, en las que, además, sobra el compañerismo, para que todos consigamos el cromo que nos falta, es maravilloso, en especial, para los más pequeños», argumenta Paco. La nieta de Juan Amaya, su niña, sigue con la costumbre, pero prefiere las estampas de Bluey. Tiempo al tiempo.
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