Uno de los sondeos realizados en el Puerto de los Valientes. SUR

Un estudio descubre restos de poblaciones extintas de pinsapos y otras especies en la Sierra de las Nieves

Investigadores de la Universidad de Granada concluyen que los límites del parque albergaron una superficie forestal más amplia y biodiversa

Lunes, 19 de julio 2021, 00:27

La Sierra de las Nieves albergó en el pasado una biodiversidad mucho mayor que la actual. Un estudio de la Universidad de Granada (UGR) ha ... descubierto restos de poblaciones extintas de pinsapos y otras especies arbóreas en el Parque Natural Sierra de las Nieves, recientemente declarado Parque Nacional. Según los investigadores del departamento de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física, los datos obtenidos se remontan al final del Pleistoceno, hace aproximadamente 11.500 años. «Con este estudio hemos podido comprobar la gran deforestación que ha generado el ser humano. Es una zona antropizada desde hace mucho tiempo», explica José Gómez Zotano, catedrático de Geografía Física y director del proyecto de investigación, llamado 'Paleopinsapo', en el que también participan José Antonio Olmedo y Rubén Pardo.

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A lo largo de cuatro años, los investigadores han recopilado datos 'in situ' a través de la aplicación del método pedoantracológico, nunca antes realizado en la mitad sur de España, según asegura Gómez Zotano. Concretamente, este procedimiento consiste en el análisis de los restos de carbón naturalmente presentes en el suelo, recogidos a través de sondeos «a pico y pala» hasta llegar a la roca madre. Una vez recolectadas las muestras, se criban y se identifican en el microscopio. Posteriormente, se envían a laboratorios de Polonia y Alemania, donde se les realizan pruebas de carbono 14, para datar radiocarbónicamente estas piezas. Este estudio no puede realizarse en laboratorios de España debido a que se trata de muestras muy pequeñas que necesitan una aparatología concreta, según explica el director del proyecto.

Gracias a esta metodología, implantada en 10 enclaves del espacio natural, se ha podido conocer una primera aproximación paleoecológica de la zona. «Permite dar una aproximación exacta de lo que hubo en cada lugar y en cada momento, aunque también impera el factor suerte, ya que hablamos de sondeos específicos en zonas concretas», apunta Gómez Zotano, y señala que para realizar este trabajo de campo se buscan enclaves que pudieron ser favorables para la vida vegetal. «Es muy laborioso, tenemos que subir con todas las herramientas y excavar seis niveles de suelo. Es una investigación de mucho detalle».

Entre los principales resultados de la investigación destaca el hallazgo de la primera paleolocalidad (antigua población) de pinsapar en el Parque Natural, así como de pinar resinero (ambas en las inmediaciones del paraje Fuenfría Alta). «Los pinsapares eran mucho más extensos, estaban interconectados entre sí, era un bosque continuo», señala el director del estudio.

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En este sentido, también destaca la constatación de la antigüedad en el tercio superior del macizo, con vestigios de un bosque más extenso en el pasado, con el peligro de extinción del quejigo de montaña (Quercus alpestris) a partir de la información recopilada en el Puerto de los Valientes.

Otro de los hallazgos más destacado es el de restos de carbón de 'Pinus sp' en este enclave, lo que, unido a la intensidad de la señal referente a los sabinares rastreros, permite suponer que en el pasado pudo existir un cinturón arbolado. Este estaría en mayor o menor grado integrado por una conífera arbórea distinta del pinsapo (Abies pinsapo).

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Como indica Gómez Zotano, toda la información recopilada en su conjunto apunta a una posible extensión más amplia de los bosques en el pasado y a una mayor significación en su composición de algunas especies hoy muy puntuales, como serbales, arces, tejos y fresnos. También se evidencia la aparición/desaparición de determinadas formaciones arbóreas en función de la alternancia de ciclos climáticos húmedos o secos y fríos o cálidos, como es el caso de las formaciones de Quercus en Fuenfría Alta o Cañada de Enmedio.

A los cambios en el ciclo climático hay que sumarle la huella antrópica generada por las actividades humanas en la Sierra de las Nieves, «muy intensas en los últimos milenios y que, sin duda, es un factor principal a tener en cuenta para entender el actual paisaje vegetal, en buena medida deforestado».

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De acuerdo con los autores, el conocimiento de nuevas pautas paleoecológicas de abetales y quejigales, así como el descubrimiento de poblaciones extintas de estos u otros bosques, debe ser una cuestión «prioritaria» como fórmula para la puesta en marcha de las dinámicas ambientales de las que deriva el actual paisaje vegetal, « cuyo entendimiento es vital para prever las consecuencias ecológicas derivadas del cambio global en estos frágiles ecosistemas de frontera y poder así trabajar en su preservación futura».

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