De Cádiz a Álora, voluntarios sin fronteras para hacer frente a la DANA: «Mañana volveremos»

«A raíz de que buscamos información para ir a Valencia y demás, nos dijeron que no podíamos ir», cuenta Salguero, quien viajó desde Benamahoma, un pequeño pueblo de unos 400 habitantes. «Redes sociales, conocidos de la zona… al final nos dijeron cómo estaba la situación y decidimos venir aquí», añade. La información que recibieron a través de diferentes canales los llevó a cambiar de destino y centrarse en Álora, donde la necesidad de ayuda era más urgente.

La primera impresión que tuvieron al llegar fue impactante. «Te imaginas cómo fue todo antes de que llegáramos y te quedas bastante descuadrado», comenta Salguero. La devastación en La Isla, marcada por el barro y los escombros, era evidente. Salguero y sus compañeros se unieron a un grupo de entre 40 y 50 voluntarios distribuidos en dos casas, colaborando en la limpieza y rehabilitación de las viviendas afectadas.

La magnitud de los daños superó todas sus expectativas. «Ninguno de los tres nos imaginamos el impacto que podría llegar a tener. Hemos visto la marca en la pared que muestra la altura que alcanzó el agua y el destrozo que ha causado. Los daños nos chocan incluso a nosotros», relata Salguero. Las paredes con marcas de agua y los restos de muebles y pertenencias destruidas son un testimonio mudo de la potencia del temporal.

El viaje desde Cádiz no solo les permitió ser testigos del estado de la zona, sino también de la implicación y la solidaridad de la comunidad. «Desde que veníamos de Cádiz vimos gente dirigiéndose hacia este lugar, coches cargados de material para ayudar», recuerda el gaditano. Al llegar al punto de coordinación de Protección Civil, quedó patente la movilización: decenas de vehículos, algunos de otras provincias, llegaban con herramientas, alimentos y ropa para quienes lo habían perdido todo.

El compromiso de Salguero, Ternero y Collado, que dejaron sus hogares para ayudar desinteresadamente, se ha convertido en un rayo de esperanza para los vecinos de Álora. La colaboración entre voluntarios, autoridades y Protección Civil ha permitido avances en la limpieza de las viviendas y la recuperación de las infraestructuras. Sin embargo, los esfuerzos aún no terminan, y los voluntarios son conscientes de que la labor es ardua y continuará en los próximos días.

«Estamos aquí para ayudar en lo que podamos, ya sea limpiando, distribuyendo material o apoyando a los que más lo necesitan», concluye Salguero, quien reitera su promesa de volver al día siguiente. Su testimonio es un reflejo del espíritu solidario que ha unido a comunidades de diferentes puntos de la región para enfrentar una catástrofe que ha dejado una profunda huella.