Ronda afrontará este miércoles la segunda moción de censura de su historia política

Cuando este miércoles llegue a su ecuador, Ronda tendrá en el haber de su historia política dos mociones de censura: una que se ejecutó en 2004 y otra que se materializará en este marzo de 2016. La primera fue registrada por el Grupo Independiente Liberal (GIL), el PA y el PP contra el PSOE; y la segunda, por el PSOE, el PA e IU, contra el PP. Entre ambas hay más semejanzas que diferencias.

En tres días, la ciudad del Tajo, acostumbrada a los vaivenes de su política local, volverá a cambiar de gobierno. Pese a que solo se han presentado en el municipio un par de mociones de censura en la historia de la democracia, ha habido más de un pacto, acuerdos que han saltado por los aires, destituciones, dimisiones, ediles que han cambiado de partido... movimientos que han desdibujado la decisión de los rondeños, testigos de la realidad de la localidad, en las urnas en cada convocatoria.

En los últimos comicios municipales, el PP fue la fuerza más votada por lo que su candidata, María de la Paz Fernández, se sentó en el sillón de la Alcaldía. Se enfrentaba a su segundo mandato, ya que en la anterior legislatura gobernó con el PA (el PSOE ganó las elecciones). Fernández consiguió siete ediles, lejos de una mayoría absoluta que en Ronda se fija en 11 concejales.

Así, ha pilotado el Consistorio en minoría, con el reproche de los grupos de la oposición. La fragmentación del voto en 2015, con la concurrencia de hasta siete fuerzas políticas, ordenó la obligación de entenderse, del diálogo real entre gobierno y oposición que parece no haber prosperado.

Las urnas también plantearon la posibilidad de la moción de censura, con seis concejales para el PSOE, tres para Alianza por Ronda (APR), tres para el PA y dos para IU. Desde la noche electoral, los socialistas buscaron el acuerdo con el PA e IU para desbancar a Fernández y tras negociar, con el refrendo de las bases de IU al pacto, su lideresa, María Teresa Valdenebro, cogerá la vara de mando el miércoles y será nombrada alcaldesa, gracias a los votos de su partido y de sus socios que, a todas dudas, se antoja favorable.

Revancha socialista

Parecerá, doce años después, que el PSOE se toma la revancha. Y es que con el apoyo del PP, el PA y GIL le quitaron la Alcaldía al PSOE en 2004, a la regidora Isabel Aguilera que se situó al frente del Consistorio ante la baja de su compañero Juan Benítez por enfermedad. Bien es cierto que éste se sentó en el sillón gracias al PA. Igual que en 2015 el PP, el PSOE ganó en 2003 las elecciones pero no obtuvo la mayoría, por lo que los socialistas pactaron con los andalucistas para gobernar. Luego, el PA rompió el acuerdo y registró la moción de censura con el PP y el GIL.

Los argumentos para vertebrar una y otra moción de censura no son los mismos, la de 2004 y la de ahora, pero hay coincidencias, como la situación de parálisis de la ciudad y el retraso en la redacción de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que ampare el desarrollo de la localidad. Éste ahora se ha comenzado a elaborar prácticamente desde cero.

También se podrán establecer, a tenor de lo caldeado que está el ambiente político, similitudes en cuanto al desarrollo de los plenos en los que se materializó y se materializará el cambio de gobierno. En el de 2004 hubo carteles e insultos, pero en lo que realmente existen puntos en común es en el elenco de protagonistas. En 2004, la actual alcaldesa firmó la moción de censura contra Aguilera, junto con sus compañeros José Herrera y Fermín Villodres. Éstos hoy en día no están en la primera línea política. Los tres eran entonces los concejales del PP (el PA tenía cuatro, el GIL, cinco, el PSOE, ocho e IU, uno).

La andalucista, Isabel Barriga, también firmó y ha firmado las mociones de censura: en 2004 con sus compañeros Antonio Marín, que fue investido alcalde, y Daniel Harillo y María José Martín de Haro, que actualmente no están en política; y ahora con sus dos ediles como lideresa del PA rondeño.

De los ediles del PSOE que recibieron la moción en 2004, no queda ninguno en la Corporación de esta legislatura, tampoco del GIL. El que sí está es Antonio Marín Lara. En este caso, él, con sus dos concejales, verá los toros desde la barrera, ya que sus siglas son las únicas que no están implicadas en el cambio de gobierno en el Ayuntamiento de la ciudad del Tajo este miércoles, en una segunda moción de censura con más semejanzas que diferencias respecto a hace doce años.