Manuel Pedro Caro: «Francia me ha aportado mucho pero en cuanto pueda volveré a mi tierra»

Actualmente, trabaja para la NL International en Francia, y desarrolla su proyecto a nivel internacional, especializándose en micronutrición. También trabaja a tiempo parcial como fisioterapeuta en un gabinete privado en Draguignan, donde hace rehabilitación física y readaptación de deportistas para volver a competir. Como anécdota, Manuel cuenta que una vez se dejó a una paciente en un box durante dos horas y media. «Se durmió después del masaje, y cuando me di cuenta no sabía que decirle y le dije la verdad, que me había olvidado de ella y la pobre salió pitando», relata entre risas.

A parte de todo ello, Caro está intentando crear una empresa destinada a asesorar y realizar coaching nutricional, prescripción del ejercicio físico personalizado y coaching o terapia emocional.

«Mi vida aquí es trabajar casi 12 horas porque, además de mi jornada laboral, me levanto a las 6:30 para nadar y por la tarde vuelvo a entrenar carrera a pie, o doblo sesión de natación y los miércoles, sábados y domingos salgo en bicicleta con los triathletas del club. Fuera del deporte, desarrollo mi otro proyecto, y leo muchísimo. Los fines de semana veo a los amigos y los viernes noche voy a clase de árabe cuando puedo y tengo ganas», sonríe este trabuqueño.

Sin embargo, y a pesar de las horas de trabajo, para Manuel, Francia le está aportando «muchísimo». «Me vine en el peor momento de mi vida, perdí a mi padre ocho meses antes, y aunque no fue fácil, conseguí encontrar un trabajo que me ha devuelto la ilusión y estoy creando mi empresa. He mejorado muchísimo mi francés y he ganado mucha confianza, he mejorado mi situación financiera y puedo ahorrar para tener mi casa o mi piso en Málaga. La verdad es que ha sido una decisión acertada venir aquí».

Es por ello que aconseja a los jóvenes «que viajen, que aprendan muchos idiomas, que comprendan esta realidad tan cambiante, y que si puedan que trabajen en el extranjero, es la mejor manera de evolucionar personalmente, porque requiere adaptarte a un contexto cultural particular. En Francia, de momento, hay trabajo para los fisioterapeutas pero en otros sectores no hay trabajo y la gente lo pasa mal».

No obstante, Manuel cree que su profesión tiene mucho futuro en España y no piensa quedarse en Francia más de dos años. «Me encanta mi tierra, Andalucía, Málaga, su gente, la vida que hay en sus calles, y los valores sociales y culturales de mi país. No me veo en Francia, quiero estar con mi familia y crear una familia allí».

Y es que Manuel echa de menos mucho de menos a «la gente, la risa fácil, el pararte y hablar con alguien, la lentitud, aunque en España se piense que se va rápido, aquí se va más. Echo mucho de menos la comida, el café en un bar, el que la gente te toque y te anime, la calma, la vida simple y sencilla». Es por ello que se escapa a Villanueva del Trabuco en Navidad, verano, Semana Santa, y «si no voy más es porque a mi novia le encanta viajar y ella conoce de sobra la vida del pueblo. Allí tengo a toda mi familia y lo que más quiero en la vida está allí».

Manuel está viviendo los últimos acontecimientos en Francia sobre los ataques terroristas de forma inquietante porque «es un polvorín ahora mismo, y la amenaza yihadista hace que las personas tengan miedo». Asegura que hay mucho debate en los medios de comunicación y la extrema derecha o el partido del frente nacional sube en las encuestas con su discurso populista».