Rocío Carrasco se lleva la audiencia de calle

madrid. Era una de las entrevistas que más expectación ha despertado los últimos años, así lo demuestran los datos de audiencia que llegó al 32,5%, pero con un minuto de oro a las 23:25 horas de la noche que alcanzó el 48,2% de 'share' y casi cinco millones de espectadores, dejando sin opción a sus competidores, entre los que se encontraba el debate de los candidatos a las elecciones autonómicas de Madrid (1,3 millones y un 7,7%). Nada tuvieron que hacer frente a la presencia de Rocío Carrasco en el plató de Telecinco.

La hija de Rocío Jurado acudía en directo a puntualizar algunas cuestiones sobre el relato de su vida emitido en siete capítulos en los que ha hablado de la mala relación con su padre, de la enfermedad y muerte de su madre, de sus hermanos y de Ortega Cano, pero sobre todo, del calvario privado y público vivido con Antonio David Flores, padre de sus hijos. Sin embargo, el llamamiento de su hija, Rocío Flores, hizo que la mayor parte de la entrevista tratara sobre la relación entre las dos Rocíos. «Mamá, coge el teléfono», interpelaba la hija. Pero la madre lo tenía claro: «No estoy preparada y sé que ella tampoco», aseguraba, alegando que «las condiciones no son las idóneas. Tiene que pasar tiempo». Además, revelaba que tiene detrás «un equipo médico que me dice que no lo haga porque sería como volver a la casilla de salida». «Me estoy preparando con terapia, con fármacos...», confesaba.

Rocío Flores vivió la entrevista a su madre desde Málaga, donde reside habitualmente, y hasta ahora no ha hecho ninguna valoración, tampoco en redes sociales. Mientras guarda silencio, el resto de los familiares implicados hacía lo propio. Nada se ha sabido de Rosa Benito, Amador y Gloria Mohedano u Ortega Cano. El torero visitaba ayer los servicios médicos de un hospital en Madrid y tampoco decía palabra sobre las declaraciones de la hija de la que fuera su mujer y solo hablaba para decir que se encuentra bien de salud.

El que la entrevista se fundamentase mayoritariamente en la mala relación entre Rocío Carrasco y Rocío Flores así como los términos que la madre usó para referirse al incidente que determinó la ruptura definitiva entre ambas, hablando de «paliza» y contando que su hija solo había dejado de pegarle «cuando perdí la consciencia» ha levantado voces pidiendo prudencia.

Así lo hacía Ana Rosa Quintana que tiene en su cuadro de colaboradores a la hija de Antonio David: «Si ella ha sido víctima, sabe el sufrimiento que le ha producido eso. Tiene que pensarse muy bien si no va a pasar lo mismo con su hija», lanzaba la presentadora. En el mismo sentido se manifestaba Joaquín Prat al asegurar que el relato «criminaliza» a su hija. «No te permiten tener contacto con tu hija, pero sí ponerla a los pies de los caballos», criticaba Prat.