Arturo Fernández: solo ante el peligro
El actor asturiano acaba de estrenar en Marbella ‘Enfrentados’,una obra en la que, por primera vez, se enfunda una sotana. Su gira de verano le llevará de San Sebastián a Gijón, La Coruña, Valladolid, Vigo y Madrid.
rosa villacastín
Miércoles, 23 de julio 2014, 01:42
Comida en casa de Arturo Fernández con Isabel, una de sus hijas, y Carmen Quesada, su mujer. Arturo acaba de estrenar en Marbella la obra ... de teatro Enfrentados, de Bill C. David, que arrasa en Europa, que fue estrenada en París en 1980, y con la que el actor asturiano empieza una gira de verano que le llevará de San Sebastián a Gijón, La Coruña, Valladolid, Vigo y Madrid. Mes y medio de trabajo ininterrumpido en el que demuestra una vez más que la edad es solo una fecha en el calendario de la vida y que, salvo excepciones, trabajar no solo no envejece sino que agiliza el ingenio y mantiene viva la memoria.
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Un ejemplo, el de Arturo, de superación diaria, de control, de profesionalidad, de ilusión y de ponerse a prueba cada noche en el escenario, con obras que abordan los problemas más cotidianos de la vida. Todo ello aderezado de un gran sentido del humor, o como en Enfrentados, con reflexiones sobre asuntos que invitan al debate, tan de moda en estos momentos sobre asuntos tan espinosos como el celibato y la libertad de expresión dentro del seno de la propia Iglesia católica. Temas a los que el propio Papa Francisco ha puesto letra y música para regocijo de unos y enfado de muchos otros, a los que les gustaría que todo quedase como estaba.
Es la primera vez que Arturo se pone una sotana en el escenario, lo que supone un reto para quien está considerado uno de los actores más elegantes del panorama nacional. Pero si lo hace es porque le gusta marcarse objetivos nuevos, en un momento de su vida profesional en el que ya ha aprobado todas las asignaturas de una carrera que comenzó por casualidad en la Compañía de Conchita Montes y más tarde en la de Rafael Rivelles y en la que ha crecido como persona y como el gran cómico que es.
El papel del padre José María le permite a Arturo demostrar que no es un actor al que le guste encasillarse en la comedia, en papeles fáciles, que interpreta como pocos desde hace más de cincuenta años, sino que es una persona que precisamente porque podría vivir de las rentas es por lo que se pone metas y retos que la mayoría descarta.
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