«Hacemos tres turnos para estar pendientes las 24 horas del día»
Bruno Márquez, montaje y mantenimiento de Iluminaciones Ximénez
El sábado pasado, cuando todo el real se iluminó, había un equipo nervioso y pendiente para que todo saliera bien con más de 2,5 ... millones de puntos led repartidos entre las calles del recinto y la portada. Entre ellos estaba Bruno Márquez, trabajador de Ximénez Group, empresa que se encarga de todo el alumbrado de la Feria de Málaga, además de la luz y electricidad del resto de casetas y recinto del Cortijo de Torres. Justo en la entrada, a la derecha de la portada, tienen una caseta y todas sus furgonetas y grúas preparadas para el momento en el que algo falle. Hay unos ocho trabajadores durante toda la feria y se dividen en tres turnos: «Así podemos estar las 24 horas pendientes de que no pase nada y poder atender cualquier incidencia», explica Bruno Márquez.
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Él tiene 24 años de experiencia en la empresa y alrededor de diez en la Feria de Málaga. «Casi todos los que nos encargamos de trabajar estos días vivimos aquí y así es más fácil para poder compaginar los descansos con las guardias de trabajo», explica el trabajador. Una de las grandes novedades de su trabajo en esta feria ha sido el cambio de portada, que según informan desde la empresa, tiene hasta un 93% menos de contaminación lumínica y logra un ahorro energético de un 60%. La nueva portada, inspirada en el histórico Quiosco del Embarcadero de la Reina en 1862, tiene 40 metros de ancho y 37 metros de altura iluminados por 145.000 puntos de luz led. Además, en esta feria, junto a la portada, se han estrenado nuevas iluminaciones decorativas personalizadas: calle Peñista Rafael Fuentes, calle Antonio Rodríguez y calle José Blázquez 'El Maño'.
A pesar de todo el trabajo, Bruno Márquez asegura que él está satisfecho y motivado con su día a día en feria: «Me gusta todo de estar aquí, llevo ya muchos años y conozco a la gente y el ambiente. Lo mejor es ver cómo la gente disfruta con nuestro trabajo y valora las luces de la feria, ya que nosotros aquí nos dejamos mucho sudor», apunta el trabajador, que confiesa que siempre se encuentra algún hueco para poder disfrutar entre tantos días: «Cuando termino el turno del día, si coincide que es a una hora normal, intento darme una vueltecita y tomar algo, que también hay que despejarse y ver la feria desde otra perspectiva», señala Bruno Márquez.
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