Imagen del Cortijo de Torres. Ñito Salas

Carnés falsos, alcohol a escondidas y borracheras: casetas familiares de la feria exigen que se impida entrar a menores no acompañados

Acusan al Ayuntamiento de Málaga de desentenderse del control de los jóvenes en la fiesta: «Si entra la policía, nos cierran las casetas»

Miércoles, 27 de agosto 2025, 00:35

«Lo que queremos es que, a partir de una hora, se prohíba la entrada a los menores de 18 años si no van acompañados ... por un adulto. O que el responsable de que el menor beba sea el padre o el propio menor, nunca el establecimiento». Así de contundente se muestra el promotor de una caseta familiar de la Feria de Málaga después de la situación vivida durante los días de fiesta por este colectivo. Ya en el bando de la feria 2025, el alcalde, Francisco de la Torre, recordaba que el acceso a las casetas familiares y de la zona de la juventud sería libre y gratuito, con una salvedad: en las de jóvenes no podían entrar los menores de dieciséis y además, los adjudicatarios pueden restringir la admisión a la población menor de 18 años. Muchos de estos adolescentes han acabado acudiendo, espoleados además por la inmediatez de los mensajes en redes sociales, a estas casetas que tenían que admitirlos y, burlando los controles, consumir alcohol dentro. «Algunos venían con la normativa en la mano», explica el responsable de otra caseta.

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El problema es que estas casetas están obligadas a no permitir el consumo de alcohol de menores en el interior, pero sí debían dejarlos entrar. La Policía Local ha efectuado numerosos controles y, si se pillaba a un chico bebiendo, la caseta se cierra 48 horas, denuncian. «Hemos detectado a menores recurriendo a mayores para que les pidieran el alcohol, algunos de ellos con DNI falsos, con DNI y carnés de conducir de hermanos y familiares mayores», relata este responsable de caseta. «La ordenanza de la Feria de Málaga ahora ha cambiado y en las casetas familiares, los menores, acompañados de un adulto o no, tienen libre acceso. Nosotros tenemos un ambiente familiar, damos de comer y por la tarde tenemos flamenco en directo; a partir de una hora de madrugada, pasamos a tener fiesta y copas, cambiando hasta la tonalidad de las luces y la música. Hemos tenido avalanchas de niños de 14, 15, 16 y 17 años intentando entrar en las casetas en horarios de madrugada. Nuestra caseta es más tradicional. Hemos tenido un niño que venía con la normativa en la mano para que lo dejáramos entrar. Queremos que, en horario nocturno, los menores de 18 años que no estén acompañados no puedan entrar, a partir de las 2.00 horas», añade, al recordar que los camareros trabajan a gran ritmo y, pese a pedir el DNI en la barra, muchas veces es complicado.

Botellas escondidas en bolsos y pantalones

Una miembro de la junta directiva de otra caseta histórica dice que ha sido «horrible». «Con la nueva ordenanza, nos obligan a permitir la entrada a menores. Tuvimos una niña de 15 años tirada, las casetas familiares no podemos suplir la existencia de otra caseta que acoja a estos niños. Algunos venían con sus propias botellas, o se las pasaban por la ventana o las escondían en los pantalones. Las niñas llevaban botellas grandes en los bolsos», reseña, además de indicar que intentaban entrar por la puerta de atrás. «Nos hemos dedicado a perseguir a los niños para ver qué menor bebía. Y si pillan a uno bebiendo, te cerraban la caseta. Nos hemos visto desprotegidos», indica. Cuando entraban los menores, la barra se vaciaba porque los adultos se iban, lo que suponía una merma en los ingresos de la caseta, después de la inversión realizada. «Las casetas familiares no tenemos derecho de admisión por la edad, puede entrar un niño de doce años a las cinco de la mañana con el miedo a que te multen a ti, y eso se carga el ambiente, no hacen responsable al padre», recalca. Asegura que han localizado hasta diez botellas pequeñas de alcohol por noche a menores.

«Todo está abierto y no hay nada definitivo. Si hay que cambiar la ordenanza, se cambiará si hay consenso, pero los jóvenes deben tener cabida en la feria»

Teresa Porras

Concejala de Fiestas

Otro de los promotores de una de estas casetas es tajante: «Si dejamos entrar a todos los menores de noche, no nos pueden responsabilizar a nosotros del control del alcohol. Nos dicen que pidamos el DNI en barra: imagínese cuatro menores y uno con 18, le denegamos el alcohol a ellos y el mayor pide cuatro copas y él las reparte. Si entra la policía, de paisano, nos cierra la caseta». Agrega que, a veces, van con padres, que son los que les pasan las copas a los jóvenes. «Si somos responsables y nos pueden cerrar las casetas, lo lógico es que nosotros seamos también los responsables de decidir si entran o no», arguye. La idea es que se recoja en la ordenanza, tras una modificación, que «a partir de una hora, se prohíba la entrada si no vienes acompañado por un adulto o que el responsable sean el menor o el padre, nunca el establecimiento. «Nos están pasando la pelota de una responsabilidad sobre la que no podemos hacer nada. Si no se puede prohibir la entrada, cómo lo controlamos. ¿Cómo controlamos que no le pase el alcohol un amigo? Es imposible», destaca. «Si entran, que estén acompañados de un adulto y, si pillan al menor, si está con su padre, la responsabilidad debe recaer sobre él y si no, sobre el mismo joven», dice, además de incidir en que, a partir de una determinada hora, no tiene sentido que los menores de 15 años estén dando vueltas por el real.

El Ayuntamiento: «Si hay que modificar la ordenanza, se modifica»

La concejala de Fiestas, Teresa Porras, contesta que ahora lo que toca es reunir, a partir de septiembre, a todas las casetas, ver lo que se puede mejorar y «si hay que modificar la ordenanza, se modifica». Explica que ya ha recogido las demandas de los protagonistas de la Feria y ha recordado «que todo está abierto y no hay nada definitivo: si hay que cambiar la ordenanza se cambiará si hay consenso».

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De cualquier forma, Porras ha recordado que quedó desierta la explotación de la caseta sin alcohol para jóvenes, por lo que una solución podría ser que fuera financiada por el Ayuntamiento, cediéndolo después a un tercero, pero «hay que darle muchas vueltas», porque lo que sí tiene claro es que «los jóvenes también deben tener cabida». Lo que le han pedido las casetas, como se recoge en este artículo, es que los menores sólo puedan entrar a estos establecimientos familiares o más tradicionales acompañados de adultos, tal y como se recogía en la anterior ordenanza. Pero hay que estudiarlo con todo detalle.

El presidente de la Federación Malagueña de Peñas, Manuel Curtido, se muestra en contra de prohibir la entrada a menores no acompañados a las casetas familiares, «eso es una barbaridad». «Por esa regla de tres, no entraría ningún niño con sus amigos en un bar», recalcó. Es más, considera muy difícil que lo solicitado por estas casetas pueda llevarse a cabo por las exigencias legales y dice no haber escuchado nada de lo que estos promotores han denunciado.

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