La «seño Carmen», otra clase de candidata

«Carmen me ha ayudado mucho, sin ella no habría llegado hasta aquí», comparte en uno de los pasillos del instituto Daniel Abolafia, alumno de Máximo desde hace varios años. Daniel se expresa en lenguaje de signos y es la jefa de estudios quien va traduciendo sus impresiones. Tanto ella como Máximo forman parte del equipo de profesores de apoyo que acompañan a los alumnos con problemas de audición en el IES Jesús Marín. «Siempre lo explica todo súper bien y nos anima mucho para que le demos caña a los estudios, por eso nos regaña cuando no preparamos bien los exámenes», sigue Daniel entre risas.

Máximo hace un alto en el camino electoral para regresar al centro educativo donde trabaja desde hace más de dos décadas y donde compañeros y alumnos coinciden a la hora de destacar su carácter combativo y solidario. Nada más cruzar el umbral, Loli Ordóñez la saluda con fervor desde la conserjería: «¡Carmen! ¿Ya te has arrepentido de la política?», le suelta con una guasa que la candidata ríe con ganas.

Con más de dos mil alumnos y una oferta pedagógica que incluye todas las ramas de Bachillerato y siete familias de ciclos formativos de FP, el IES Jesús Marín es uno de los centros con mayor población estudiantil de la provincia. «Un lugar especial», para su jefa de estudios, fiel a la sonrisa con la que la han bautizado sus alumnos con problemas de audición y lenguaje.

«La labor de los profesores de apoyo es esencial para estos estudiantes y, dentro de ese equipo, la tarea de Carmen ha sido muy importante, porque aúna el conocimiento técnico con la función docente en lengua de signos», aporta la jefa de estudios sobre el papel de la candidata de Adelante, ingeniera informática y profesora especializada en las ramas técnicas que se imparten en el instituto malagueño. «Hasta hace muy poco, apenas había profesores especializados en esas ramas, por eso Carmen ha sido una pionera», añade Reme de la Torre, compañera experta en la rama de Audición y Lenguaje con más de tres décadas de experiencia en este centro situado en la barriada de Carranque.

«Carmen es crítica y cuando cree que se está cometiendo una injusticia no duda en alzar la voz», esgrime De la Torre, en un diagnóstico compartido por el director del centro, Miguel Ángel Luque. «Cuando ve algo que no le parece correcto, no se calla. Sí... la verdad es que es bastante guerrillera», brinda Luque en la recoleta terraza de la cafetería del instituto durante un desayuno improvisado con alumnos y compañeros del centro. «Carmen siempre ha defendido la escuela pública a muerte. Si la eligen, luchará por lo que cree con todas sus fuerzas», añade Luque, que no oculta el «roto» que provocará en la organización del instituto la posible marcha de la candidata al parlamento andaluz.

«¡Al final me vais a echar de menos!», bromea Máximo ante la mirada cómplice de Daniel, que ya va por su tercera titulación en el IES Jesús Marín. Primero cursó el ciclo de administrativo, después hizo el de informática y ahora anda enfrascado en otro de electricidad. «Conseguir un trabajo es muy difícil para nosotros, por eso sigo formándome», ofrece Daniel con un deje de amargura.

«El sistema educativo sí ha integrado a estos alumnos con necesidades especiales, pero al mercado laboral le está costando más. Por eso también tenemos que luchar», lanza Máximo. Y a Daniel le brota un aplauso instantáneo. ¿La vas a votar el 19 de junio? Carmen Rico traduce la pregunta al lenguaje de signos y Daniel le lo piensa antes de soltar con una nueva sonrisa: «Bueno, bueno... La quiero mucho, pero eso ya veremos».