Juanma Moreno y Juan Espadas se disputan a los indecisos en un tibio inicio de campaña

El resto del tablero político intenta hacerse imprescindible para el bipartidismo. En Vox aún confían en que la noche del 19 de junio les conceda una posición de privilegio en la negociación con Moreno. Pero Macarena Olona no quiere limitar sus expectativas a la vicepresidencia de la Junta de Andalucía y se presenta como el «cambio real» tras casi cuatro décadas de gestión socialista y esta última legislatura con el PP al mando. Con su promesa de mano dura, la misma que considera que los populares no han aplicado, Olona repite por las ocho provincias los mantras que han conducido al éxito a los de Santiago Abascal, con su guerra contra «los chiringuitos ideológicos», el empeño en suprimir el estado de las autonomías y el compromiso para ejecutar una bajada masiva de impuestos.

La izquierda a la izquierda del PSOE se presenta fragmentada, con dos nuevas marcas (Por Andalucía, liderada por Unidas Podemos e Izquierda Unida, y Adelante Andalucía, la formación anticapitalista de Teresa Rodríguez) que ponen a prueba la voluntad de su electorado. Rodríguez avisó en el debate: «Ningún autobús te deja en la puerta de casa, pero siempre hay uno que te deja más cerca». Tanto ella como Inma Nieto, candidata de Por Andalucía, evitaron el fuego cruzado pese a sus evidentes diferencias, conscientes de que este tipo de desencuentros desmovilizan a la izquierda, normalmente la facción del electorado que se desencanta con mayor facilidad. Con la bandera de la gestión de Yolanda Díaz, con la subida del salario mínimo, los cambios introducidos en la reforma laboral y la aplicación de los ERE en pandemia como principales hitos, Nieto, por cierto candidata por Málaga, hace estos días un llamamiento continuo contra la «resignación».

Más complicado parece el futuro para Ciudadanos, que pelea contra la extinción, aunque Juan Marín está convencido de que la formación naranja ha salido reforzada en la confrontación de propuestas escenificada en el debate televisivo del lunes. «Estamos muy cerquita de poder reeditar el pacto de gobierno», aseguró Marín ayer con más esperanza que convencimiento. «O reeditamos gobierno, que ha sido el mejor de la historia o tendremos jaleo, bronca, discusión», argumenta el candidato de Ciudadanos sobre la futura gobernabilidad de Andalucía, invocando su condición como llave «decisiva» en 2018: «Sin los 21 escaños que logró entonces nuestro partido hubiese sido imposible el cambio político».

Pero la tibieza de estos primeros días parece tener los días contados. Este fin de semana se producirá el primer gran desembarco de líderes nacionales en Málaga con el objetivo de arañar votos entre los indecisos. Olona aterrizará este domingo en Marbella apoyada por Abascal y Giorgia Meloni, presidenta nacional de Fratelli d'Italia, líder de la ultraderecha italiana. Ese mismo día, pero en Málaga, Nieto ofrecerá su primer gran mitin en la provincia respaldada por Yolanda Díaz e Íñigo Errejón. También Inés Arrimadas estará en la provincia mostrando su confianza en la candidatura local de Nuria Rodríguez. El sábado coinciden los gurús nacionales del PSOE, Pedro Sánchez, y del PP, Alberto Núñez Feijóo. El presidente del Gobierno tiene programado un acto en Cártama y Feijóo ha cambiado sus planes iniciales, en Antequera, por un previsible baño de masas en calle Alcazabilla.

El próximo lunes, en plena resaca de sucesión de grandes actos, se celebrará el segundo y último debate, en esta ocasión en Canal Sur. Los candidatos volverán a verse las caras, y todo hace indicar que esta moderación inaugural se diluirá como un azucarillo.