El CIS enfrió el miércoles el comienzo de la campaña, que generalmente sirve de poco para cambiar el voto. El estudio demoscópico sostiene que ... la mayoría de los andaluces quiere cambio, aunque está claro que no todos lo quieren de la misma manera, por lo que resulta muy difícil conjugarlo para ponerlo en práctica. Y eso beneficia al que está en el poder.
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Y que sin duda alguna volverá a continuar en el mismo hasta completar los 40 años. Se ve que en la tierra gustan los periodos largos bajo el mismo mandato, aunque en este segundo afortunadamente se cuenta con el apoyo expreso en forma de votos de los andaluces. Con este planteamiento, en el que parece un espejismo la posibilidad de que haya alternancia, la gran emoción está en saber quién es el segundón en esta larguísima travesía del desierto. Más que nada para ver con quién se producen los pactos. El CIS, que hasta ahora siempre ha clavado los resultados en las elecciones autonómicas, los ha puesto a todos en la misma línea de salida, por lo que parece que habrá que aplicar la foto finish.
La plusmarquista Susana Díaz no quiere ver a Ciudadanos en esa posición, porque lo alejaría de la posibilidad de pacto. Juan Marín difícilmente puede ser otra vez la muleta de la socialista si es el primer partido de la oposición, verdadera alternativa al gobierno. La candidata socialista no quiere vérselas con Teresa Rodríguez, más que nada porque sabe que los neocomunistas aplicarían la misma receta que sus compañeros de Madrid, que no es otra que gobernar de facto desde el Parlamento. Que se lo pregunten a Pedro Sánchez con su ministro plenipotenciario Pablo Iglesias. Y esa es la gran incógnita a despejar. Porque para intuir al ganador, hay que acordarse de aquel paisano con su pregunta retórica. ¿Y el Madrid, qué, otra vez campeón de Europa?..
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