Un debate para confirmar el voto más que para cambiarlo
Análisis del debate electoral del constitucionalista Pablo Sánchez Molina
«En la universidad he encontrado una campaña muy diferente basada en la confrontación de argumentos y no en la lucha de escándalos que, en ... la opinión de muchos, sirve más para confirmar el voto que para decidir cambiarlo». En octubre y noviembre de 2016, durante mi estancia en la Universidad de Berkeley, escribí una serie de artículos sobre las elecciones presidenciales en los EEUU para este periódico. Fue una bonita experiencia que me permitió aprender y sacar dos conclusiones que son extrapolables al debate de ayer. La primera es que no importa que nos encontremos ante un modelo presidencialista, como en los EEUU (los ciudadanos eligen directamente, por un lado, al Presidente y, por otro, la composición del Parlamento), o parlamentario, como el español (los ciudadanos eligen a los miembros del Parlamento y éste, a su vez, elige al Presidente del Gobierno a través del procedimiento de investidura), el enfoque de los debates es el mismo. La segunda es que los debates electorales se pierden más que ganan, sirven más para confirmar el voto que para decidir cambiarlo.
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«El Gobierno» es uno de los temas más relevantes explicados en las aulas dentro de las asignaturas de Derecho Constitucional. En la primera diapositiva de la clase proyecto la siguiente pregunta: al votar en unas elecciones, ¿en qué nos basamos para tomar la decisión? La cuestión no es baladí y genera un intenso debate entre los estudiantes. Tras unos minutos les explico que para la sociedad en general el Estado es el Gobierno y la Administración Pública que de él depende. Muchos ciudadanos pueden no saber muy bien para qué sirve el Parlamento y qué es lo que hace pero, en cambio, están al día de la acción el Gobierno. Este hecho se reflejó en el debate electoral de ayer, y hace que el enfoque no dependa de si nos encontramos ante un sistema presidencialista o parlamentario. De hecho, ayer presenciamos un debate entre candidatos a ocupar el cargo de Presidente de la Junta de Andalucía y hubo una diana por parte de todos (o, mejor dicho, casi todos), el actual Presidente Moreno Bonilla. No era una noche sencilla para los intereses del actual Presidente, los ataques le venían de su derecha e izquierda (de todas partes excepto de su compañero de coalición, el Vicepresidente Juan Marín) pero supo salir airoso.
Los debates electorales sirven más para confirmar el voto que para decidir cambiarlo. A esta máxima se agarraron los candidatos. Un debate a seis es prácticamente imposible que no esté encorsetado, debido al gran número de intervinientes, y el que presenciamos ayer no fue una excepción. Los contendientes tenían claro que la limitación de tiempo hacía imprescindible colocar sus mensajes a modo de tweet, que estos llegasen a la audiencia de forma clara y concisa, y creo que se logró. Cada uno cumplió con las expectativas y ninguno quedó en evidencia, se notaba que había mucho que perder y poco que ganar.
Como apunté en el artículo citado al principio, los contrastes son una tónica en cualquier proceso electoral. Los candidatos nos muestran diferentes formas de ver un mismo mundo. Todas ellas se darán cita el 19 de junio. Nos vemos en las urnas.
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