Las empresas tecnológicas suelen brindar un horario flexible a los empleados. Marilu Báez

Málaga, de las provincias que más notarían la medida de Sánchez y Díaz: ¿cuántas horas trabajamos?

La jornada pactada en convenios de ámbito provincial ronda las 39,4 horas, que tendrán que rebajarse a 37,5 si sale adelante la ley anunciada por PSOE y Sumar

Sábado, 28 de octubre 2023, 00:00

¿Cuántas horas trabajan de verdad los malagueños? ¿Cómo les va a afectar la reducción de la jornada laboral máxima de 40 a 37,5 ... horas semanales que PSOE y Sumar han acordado imponer si consiguen formar gobierno? Si nos guiamos por lo pactado en los convenios colectivos firmados hasta septiembre, la jornada de trabajo media en la provincia es de 1.793,2 horas anuales, lo que equivale a 39,7 horas semanales. Málaga está por encima de la media nacional (cifrada en 38,8 horas) y andaluza (39,3 horas) en horas trabajadas a la semana; de hecho, es la cuarta provincia del país con la jornada pactada más larga. Por delante solamente tiene a Tenerife, Almería y Las Palmas. En el otro extremo del ranking están las tres provincias del País Vasco, que rondan las 37 horas semanales.

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Esa media malagueña de 39,7 horas semanales esconde diferencias entre los convenios sectoriales y los de empresa, ya que en estos últimos se suelen pactar jornadas de trabajo más cortas. El promedio en convenios de empresa es de 38,2 horas semanales, mientras que en los sectoriales supera las 39,7 horas. También hay divergencias entre sectores. «Alrededor de un tercio de los trabajadores malagueños están regidos por la jornada máxima de 40 horas semanales», calcula el secretario provincial de CC OO, Fernando Cubillos, que cita como ejemplos a los empleados de empresas de autocares, del sector del aceite y de algunos hoteles. En el otro extremo, con una jornada por debajo de la media, se sitúa, por ejemplo, la empresa de aguas de Torremolinos (Astosam), cuyos empleados trabajan 1.519 horas al año, es decir, algo menos de 34 horas a la semana. Muchos empleados públicos se rigen por jornadas de 35 horas, como es el caso de los de la Diputación y el Ayuntamiento de Málaga. Además, hay muchas compañías -sobre todo multinacionales y tecnológicas- que ya brindan flexibilidad total o parcial a los empleados en su horario de trabajo.

Así, si Pedro Sánchez consigue formar gobierno y se aplica el acuerdo firmado con Sumar, muchos convenios colectivos que rondan las 40 horas deberán adaptarse al nuevo tope de 37,5 horas de trabajo. La forma de hacerlo dependerá del acuerdo entre las partes: por ejemplo, para muchos pequeños negocios que prestan atención al público será menos problemático dar algunos días libres extra cada año a los empleados que rehacer los turnos.

La patronal ya ha avisado de que no le gusta este cambio. En la misma línea que el líder de la CEOE, el presidente de los empresarios malagueños, Javier González de Lara, cree que se trata de una medida «desafortunada» y un «atropello al diálogo social», ya que se ha acordado sin tener en cuenta la opinión de los agentes sociales, como son los empresarios y los sindicatos. Para él, el camino hacia una reducción de la jornada laboral debe ir por la negociación colectiva. Según González de Lara, sería necesario «ocuparnos más del empleo y de ser más productivos y no de trabajar menos».

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Los sindicatos sí ven con buenos ojos la medida pactada entre PSOE y Sumar. «Realmente es una mejora para los trabajadores porque obliga al empresario a modernizar las relaciones laborales. Además, será positivo para la conciliación. Y en definitiva, es un aumento de salario diferido porque se trata de cobrar lo mismo trabajando menos horas», afirma Fernando Cubillos.

Horas extra

Sin embargo, el fin de la jornada de 40 horas no solucionará el problema que hace que la jornada efectiva de los malagueños y los españoles en general sea superior a lo que pone en los convenios colectivos: las horas extra. Más concretamente, las horas extra no registradas ni remuneradas que se imponen en muchas empresas. En España se hacen cada semana más de seis millones de horas extra en el trabajo. Aumentaron un 8% en 2022 con respecto al año anterior, y cuatro de cada diez de esas horas extras no se pagaron. Todo esto ocurre cuando la ley limita a 80 el tope máximo de horas extra que se pueden hacer en todo un año.

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Horas extra

40% No se reconocen ni se pagan

La Ley de Control Horario se marcó el objetivo de acabar con esas horas extra no remuneradas y otros abusos y fraudes empresariales relacionados con la jornada laboral. Entró en vigor en 2019 y la Inspección de Trabajo tiene una campaña específica de control del registro de jornada, que ha dado como resultado la detección de cerca de cinco mil infracciones en esta materia en todo el país, con multas cuyo importe suma más de 7 millones de euros.

«El control efectivo de la jornada ha servido para erradicar parte del fraude laboral: por ejemplo, trabajadores que estaban contratados por cuatro horas pero trabajaban ocho. Hay muchas empresas del ramo del gran comercio que han establecido controles muy exactos y, en el momento que a un trabajador se pasa un minuto de su jornada, se le contabilizan horas extra», explica Fernando Cubillos, que reconoce que en otros sectores el control horario «es más complicado de aplicar».

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El problema del alargamiento excesivo de las jornadas de trabajo coexiste en el mercado laboral malagueño con el problema contrario: el de las personas que querrían trabajar más horas pero no pueden. Según la Encuesta de Población Activa, el 7,5% de los trabajadores en activo se consideran «subocupados», es decir, que están contratados por menos horas de las que les gustaría. Este porcentaje aplicado al colectivo de trabajadores de la provincia de Málaga equivaldría a unas 5.500 personas.

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