Mary Barra, la CEO que busca adelantar a Musk
Perfil ·
La 'señora de General Motors', la ejecutiva más poderosa del mundo, quiere dominar el mercado de los coches eléctricos y los autónomosIzaskun Errazti
Sábado, 8 de noviembre 2025, 20:16
El destino de Mary Barra estaba escrito. Criada en el estado de Michigan, la cuna del automóvil estadounidense, e hija de un trabajador con casi ... cuatro décadas de experiencia en la industria automotriz, se enamoró de los coches casi sin darse cuenta. Y empezó su carrera desde la cola para llegar a lo más alto. Esta es la historia de la ejecutiva más poderosa del mundo, la CEO de la mítica General Motors (GM), conocida por conducir algunos de los modelos más audaces de la compañía durante los fines de semana y empeñada en dominar el mercado de los vehículos eléctricos y los autónomos en dura competencia con Elon Musk. Ella, que el pasado año se embolsó un salario de 29 millones de dólares, representa la antítesis del fundador de Tesla, al que se ha propuesto adelantar.
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Casada y con dos hijos, Mary Teresa Makela, su nombre original, nació en 1961 en Royal Oak, Michigan, en el seno de una familia de origen finlandés. Fue su abuelo Viktor el que persiguiendo el sueño americano se trasladó a Estados Unidos, y su padre, Ray, empleado como fabricante de matricería en Pontiac -una de las marcas de GM- quien le mostró su camino. A los 18 años empezó a trabajar como becaria en la fábrica, revisando los guardabarros e inspeccionando los capós de los modelos en la cadena de montaje, nada apasionante que hiciera presagiar el brillante futuro que le esperaba. Pero así ganó el dinero suficiente para costearse sus estudios de Ingeniería Eléctrica y seguir aprendiendo.
Regresó como ingeniera rasa a la compañía, donde no tardó en escalar puestos. Fue directora de planta, y también del departamento de recursos humanos, donde todavía se la recuerda porque liberó a los empleados del estricto manual de vestimenta de GM, de diez páginas, para resumirlo en sólo dos palabras: 'Vístete adecuadamente'. Fue responsable de productos globales de GM y vicepresidenta ejecutiva, hasta que en 2014 hizo historia convirtiéndose en la primera CEO de General Motors y la primera mujer en ostentar este título en una industria automotriz, históricamente dominada por los hombres. «Es como ver a tu hija graduarse en la universidad», celebró en aquel momento Dan Akerson, su antecesor en el cargo, para quien su nombramiento no fue ninguna sorpresa. «Era una superestrella».
Pero cuando Barra se convirtió en la número uno de GM la empresa ya no era el gigante que había conocido de niña, que llegó a ser el mayor fabricante de automóviles del mundo, liderando la industria durante casi un siglo. Fue en 2008 cuando la firma perdió la corona en favor de la nipona Toyota, tras 77 años de dominio absoluto, y acabó declarándose en bancarrota.
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El primer año no pudo ser peor para la nueva CEO, que casi sin haber estrenado el cargo tuvo que hacer frente al capítulo más negro de la historia de General Motors: el que escribieron las 124 víctimas que se cobraron los encendidos defectuosos detectados en varios modelos, entre ellos el Chevrolet Cobalt y el Saturn Ion. Otras 275 personas resultaron heridas como consecuencia de este fallo de seguridad que hacía saltar la llave de contacto mientras el vehículo estaba en marcha y se ponía en off, lo que desactivaba los airbags, la dirección y el freno asistido. La 'broma' forzó la retirada del mercado de hasta 84 modelos, lo que afectó a más de 30 millones de vehículos.
Cierres y despidos
Fueron varias las veces que Barra tuvo que testificar ante el Senado estadounidense y varias también las imputaciones que tuvo que asumir por un problema generado años antes de que ella liderara la compañía, como no haber llamado a revisión a los 2,6 millones de vehículos afectados por el fallo. «No hicimos bien nuestro trabajo de fabricar vehículos de alta calidad y seguros. Les fallamos a nuestros clientes», manifestó la ejecutiva, que no dudó en 'cortar la cabeza' a los quince empleados directamente relacionados con un caso que supuso para GM un desembolso de 795 millones de euros en concepto de indemnizaciones.
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Pero reflotar al supergigante de Detroit iba a requerir otras medidas drásticas y a la 'señora GM' no le tembló la mano. Así, en 2018 anunció el despido de 14.000 empleados y el cierre de cinco de sus factorías en Estados Unidos. Hecho el trabajo 'sucio', el siguiente paso era lograr que la empresa volviera a ser competitiva, con una apuesta decidida por el coche eléctrico y el vehículo autónomo en un país en el que la gasolina corre por sus venas.
El escándalo de los encendidos defectuosos le estalló a Barra en la cara en cuanto estrenó el cargo
'Cero choques. Cero emisiones. Cero congestión' es el lema de la estrategia de Barra, que pretende hacer de la empresa que dibujó su vida una compañía tecnológica más que automovilística que aspire a superar a Tesla, la firma fundada por Elon Musk, en la carrera por liderar la venta de coches eléctricos.
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Hace apenas tres años la CEO subrayaba la responsabilidad de «crear un futuro mejor» y avanzaba la fabricación de 30 modelos eléctricos con el propósito de reconvertir para esta producción la mitad de las fábricas de General Motors en Estados Unidos. Pero hoy ya no hace de este producto el centro de sus intervenciones. La hija de Ray Makela, aquel hombre que lo dio todo en las factorías de la mítica empresa, aún piensa que el futuro de la automoción pasa por el enchufe, aunque ya no lo vea tan cerca.
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