Ángela Dini: «Estoy cumpliendo mi proyecto de diseño soñado: la nueva oficina de Google en Málaga»

–¿Ya tenemos, de nuevo, a una mujer quitándose méritos?

–Bueno, probablemente. Pero para mí no fue un mérito, fue una circunstancia de mi carrera profesional. Además, tampoco era algo que yo esperara o buscara, sino que surgió así. Apareció la oportunidad, me lancé sin pensarlo mucho y ocurrió. Creo que, en parte, también fue suerte. Que las oportunidades surjan, que estés en un momento de tu vida que te encaje y, bueno, también hay parte de trabajo. Pero nunca lo tuve como una meta.

–Pero, en su momento, rompiste ese «techo de cristal» en Virustotal, ya que eran todos hombres, ¿cómo te sentiste?

–Me acuerdo de que, cuando entré, para ellos era algo excepcional que hubiera una mujer en la plantilla y se preguntaban cómo lo iba a llevar. Pero, para cualquier mujer en el sector tecnológico, lo habitual es que alguna vez en nuestra carrera trabajemos solas en un equipo de hombres. Para mí era la normalidad, no era la primera vez.

–Han pasado ya cinco años desde tu incorporación a Virustotal, ¿cuántas sois ahora?

–Tendría que contarlas, pero hemos mejorado bastante. Tenemos incluso nuestro propio grupo dentro de Google de mujeres en tecnología, con eventos sólo para nosotras.

–Además, formas parte de la comunidad feminista Yes We Tech, ¿crees que la igualdad entre mujeres y hombres en el sector tecnológico está cada día más cerca o todavía queda mucho camino por recorrer?

–Siempre que hablo de este tema, digo que lo hago desde el privilegio. Desde una empresa y un equipo que me apoyan y, desde aquí, se ve fácil. Es una lucha que sigue y que continúa siendo necesaria. Mi realidad no tiene nada que ver con lo que dicen las estadísticas. Faltan muchas minorías que no están llegando al sector tecnológico, como las personas racializadas. Incluso en las universidades, a pesar de que más del 50% son mujeres, a tecnología llegan muy pocas.

–Como diseñadora, ¿crees que la clave de esa igualdad real en el sector 'tech' puede venir de la mano del 'STEAM' (acrónimo que se refiere a la educación que aúna ciencias, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas)? ¿Esa mezcla de tecnología y diseño puede favorecer a las mujeres?

–Es verdad que en la rama de diseño hay más diversidad, pero también existe el problema de la desigualdad si ves las estadísticas. Hace poco hablábamos con los compañeros para organizar unas charlas para niñas sobre 'STEAM' y ellos nos corrigieron: «Sobre 'STEM'» (mismo acrónimo, pero sin incluir las artes). Y nosotras insistimos: «No, 'steAm'». Como vienen de ingeniería, no conocen el término, además de que es reciente. Se introdujo en torno al 2010 porque hay ciertas habilidades que te dan las artes que no te dan las matemáticas o la ingeniería. Yo he vivido esa evolución. El diseño en las empresas ha pasado de ser una mera decoración a estar en la toma de decisiones. Que la diversidad entre por el diseño me parece muy interesante, porque es una profesión con mayor empatía.

–¿Crees que se está demonizando las artes para las niñas para conseguir esa igualdad en tecnología?

–Tan importante es la formación en tecnología como en las artes. Éstas te dan las claves para solucionar retos de una manera diferente. A mí me parece que la rama de UX es muy interesante, porque el 'background' de estos profesionales es muy heterogéneo. Hay gente que viene del arte, de ingeniería, de sociología... Y esto también se está viendo cada vez más en el sector tecnológico en general. Creo que la diversidad va a ir más por ahí, en saber reciclarse y en introducir nuevos perfiles y nuevas habilidades.

–Si pudieras elegir un proyecto soñado a diseñar, ¿cuál sería?

–Pues tengo mucha suerte porque, junto a Paloma Simón, estamos trabajando en el nuevo edificio de Google en Málaga. Y comentamos entre nosotras que nunca habíamos soñado trabajar en algo así. Nos sentimos malagueñas y traer todo lo que supone una empresa como Google a Málaga es muy emocionante. Es verdad que no es diseño UX, pero sí diseño de espacio. No me voy a volver a ver en un proyecto así en mi vida. Por lo menos en mi Málaga. Estoy en casa, haciendo esto y me siento afortunada, porque si hubiera tenido que pedir un deseo de proyecto a diseñar sería éste y se ha cumplido.

–¿Podríamos decir que tu profesión soñada es ser decoradora?

–Yo siempre digo que me encanta mi profesión, que es el diseño. Y el diseño engloba muchas cosas. Es verdad que lo que hago actualmente tiene más que ver con experiencia de usuario e interfaces, pero si tengo que diseñar camisetas, me encanta también. Me gusta diseñar que, para mí, es resolver problemas de diferente forma.

–El diseño lleva mucho tiempo en nuestras vidas, pero todavía hay que aclarar de qué se trata, ¿cómo le explicarías, por ejemplo a un niño o a una niña, qué es lo que haces en Virustotal?

–Yo siempre he usado la frase de que «resuelvo problemas con formas, colores y tipografía». Pero últimamente, que doy bastantes charlas en colegios, les pregunto a los niños si usan o leen manuales de instrucciones para 'apps', juegos, etc. Y les explico que mi trabajo consiste, precisamente, en que desaparezcan los manuales de instrucciones. Que, al usar cualquier tecnología, sea tan intuitiva que no sea necesario leer nada para saber usarla. Así que he cambiado la frase original por «destruir los libros de instrucciones».

–¿Y es más difícil explicar en qué consiste tu trabajo a un ingeniero?

–Eso es una lucha. Se cree que los programadores y los diseñadores hablan distintos idiomas. Y, en mi opinión, una de las cosas que debemos tener los diseñadores es saber escuchar. Así aprendes de otras profesiones. Y, así, es mucho más fácil compartir con un ingeniero lo que necesitamos.

–Hay una broma entre los diseñadores y quiero ver qué respondes. Si hubiera un apocalipsis zombi, estilo 'The Last Of Us', ¿qué aportarían los diseñadores a la supervivencia humana?

–Bueno, has dado con mi tema favorito. Todo sobre los apocalipsis zombis me encanta. Tengo como 200 libros. Y siempre he pensado que seríamos inútiles. Bueno, miento, resolvemos problemas, así que resolveríamos problemas con creatividad.

–Además de que la creatividad humana va a ser un bien cada vez más preciado por la irrupción de la inteligencia artificial, ¿no crees?

–Desde luego, va a ser un valor diferencial. Resolveríamos aportando desde la creatividad, acabaríamos con el manual de instrucciones contra zombis.

–Bueno, esta entrevista nos está quedando poco veraniega, ¿qué vas a hacer en las vacaciones?

–Pues voy a intentar irme de viaje. Tengo pensado ir a Sofía con mi marido y no tengo nada planeado.

–¿Te gusta improvisar en los viajes o normalmente sueles planearlo?

–Suelo ir con gente que los planea por mí.

–Más inteligente.

–Es verdad que soy muy amoldable. Me dejo llevar a donde sea. Muchas veces no sé ni dónde voy a ir. Pero es genial, porque luego llego allí y me parece todo maravilloso. Mi objetivo en vacaciones es comer. Eso sí, intento cogerme las vacaciones en otra época que no sea verano porque aquí, en Málaga, se disfrutan mucho los días.

–Es decir, ¿eres tan malagueña que piensas que para qué irse en verano a otro sitio viviendo en Málaga?

–Perfectamente. Es que, cuando lo pienso, me digo: «¿Dónde voy a ir que esté mejor que Málaga?»

–¿Y eres de las que echas el portátil a la maleta o ni de broma?

–Cuando me voy de vacaciones, no. He aprendido que el tiempo libre es libre. Aunque en el móvil veo algo de trabajo por encima.

–Y, ahora, mójate: ¿espetos o boquerones?

–Espetos. Los fritos me gustan menos. Los espetos siempre, en El Palo.

–Sé que te gusta el pescado porque la fama del aroma de tus tápers te precede en otras empresas en las que has estado.

–Sí, sí. El caldito de pintarroja. Las comidas malagueñas me gustan mucho. De vez en cuando pido por favor a las compañeras de cocina de Virustotal que hagan un caldito de pintarroja. La verdad es que admiten sugerencias y es un lujo que tenemos en la empresa.

–Es decir, que en la cocina de Google Málaga se preparan platos típicamente malagueños.

–Sí, incluso boquerones fritos de vez en cuando. Espetos no, sí que hemos hecho sardinas a la barbacoa alguna vez cuando estábamos en el chalet.

–Me has contado que estás, ahora mismo, trabajando en el diseño de la nueva oficina de Google en Málaga, en pleno Muelle Uno. Dime que en la terraza has planteado una barca para espetos.

–No tenemos barca. No tenemos barca para espetar en la terraza. Pero bueno, tenemos cerca la playa, así que más de un día nos escaparemos a comer espetos.