El comercio ambulante clama por su modernización para no morir

La crisis y los nuevos hábitos de compra amenazan a los mercadillos, que pierden empleo y rentabilidad. El sector quiere parecerse más al súper: abrir por las tardes y vender alimentos

J. J. Buiza

Domingo, 1 de mayo 2016, 18:07

El impacto que la crisis supuso para el bolsillo de muchas familias y los cambios en los hábitos de compra han puesto contra las cuerdas ... al sector de la venta ambulante, que parece abocado a su segunda modernización si quiere sobrevivir.

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Mucho ha llovido desde que Andalucía alumbrara allá por 1988 la primera ley del comercio ambulante en España, que regularizó y profesionalizó una actividad que desde entonces ha creado 25.000 puestos de trabajo, pasando de 15.000 a 40.000, según el último censo. «Antiguamente tenías que ir por la noche a coger un sitio, y si llegaba alguien más chulo que tú, te lo quitaba. En esa época, el 90% de los puestos estaban en la economía sumergida. Hoy esa situación se ha invertido», recuerda Juan Rojas, presidente de Avam (Asociación de Vendedores Ambulantes de Málaga), quien lleva más de 40 años luchando por mejorar las condiciones de su oficio.

Nuevos puestos para 2016 en Málaga

  • Antes de que acabe 2016 el Ayuntamiento de Málaga abrirá una nueva convocatoria para la adjudicación de puestos en el mercadillo. Es la previsión de la concejala delegada de Comercio yVía Pública, María del Mar Martín Rojo, quien recuerda que el proceso de asignación depende del número de solicitudes y puestos vacantes. «Los puestos libres se asignarían, como se ha hecho hasta ahora, por sorteo entre los solicitantes que reúnan las condiciones, siguiendo siempre el procedimiento establecido y con criterios objetivos. Cada vendedor puede llegar a tener hasta 5 autorizaciones para instalar un puesto en la provincia», apunta la edil. Recuerda que el total de puestos están fijados en la ordenanza municipal.El más numeroso es el rastro del domingo en el recinto ferial (261), seguido del de la avenida Europa los sábados (176) y los miércoles (174) y el de Ciudad Jardín los jueves (124).

En este tiempo, han sobrevivido al desembarco de los grandes operadores de la distribución, a las diferentes caídas en el consumo, al boom de las compras por internet y a las políticas de Bruselas.De la última, la llamada Directiva Bolkestein, que prohibía la renovación automática de las licencias, amenazando a los vendedores más veteranos, escaparon convenciendo a las administraciones para que priorizarán en sus ordenanzas los años de antigüedad y criterios de profesionalización. De las crisis anteriores incluso se beneficiaban, porque muchos consumidores se pasaban a las gangas del mercadillo.

Pero en esta última no ha sido así, porque han entrado en el sector desempleados de larga duración, con pocos recursos y sin experiencia, muchos de los cuales han acabado abandonando. «Hubo una saturación de puestos, que han ido creciendo sin relación a la demanda o la oferta de ese pueblo o ese barrio», apunta Juan Rojas. En la provincia de Málaga los 126 mercadillos que se celebran en los diferentes municipios generan unos 15.000 puestos de trabajo y un volumen de negocio cercano a los 250 millones de euros anuales.

Aunque no hay cifras oficiales, se intuye una bajada tanto del empleo como de la rentabilidad. «Un profesional necesita hoy acudir a un mínimo de cinco mercadillos a la semana para sobrevivir», añade el presidente de Avam, que asegura que la venta ambulante es «la superficie comercial más competitiva que existe en el mundo». No hay vendedor ambulante que no empiece la mañana dando una vuelta por los tenderetes para comparar precios.

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En Málaga capital funcionan 16 mercadillos que suman 1.646 puestos, según explica la edil delegada de Comercio y Vía Pública, María del Mar Martín Rojo, que reconoce que «la venta ambulante es un colectivo que trabaja duro y que apoyamos siempre, ya que forma parte de nuestro tejido empresarial por el gran número de autónomos que lo conforman y que su actividad es generadora de empleo».

Precisamente, muchas de las propuestas que plantean los profesionales para sobrevivir en la nueva era del comercio pasan por contar con el visto bueno de las administraciones. Entre ellas están la ampliación del horario comercial, para que la venta ambulante exista también por la tarde (ahora solo se permite en algunos bazares de verano en la Costa) o la autorización para poder comerciar todo tipo de alimentos, desde carne a pescado, como se hace en el resto de Europa y en muchas ciudades de España. En Andalucía, la mayoría de los ayuntamientos solo permiten los puestos de fruta y verdura, amparándose en requerimientos sanitarios, aunque la ley andaluza de comercio ambulante no prohíbe específicamente la venta de comida.

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Invertir en los recintos

«Queremos que el cliente se pueda surtir en el mercadillo de la compra de la semana, como hace en el supermercado», señala Juan Rojas. Otra de las medidas pasaría por contar con recintos más modernos y preparados. «No puede ser que en pleno siglo XXI, en un sitio donde van tres o cuatro mil personas, sigamos sin contar con un simple aseo para que el cliente o el vendedor puedan hacer sus necesidades».

Algunos de estos planteamientos ya se contemplan en el llamado Plan de Activación del Comercio Ambulante 2015-2017, presentado por la Junta de Andalucía hace un par de años, y que planteaba una inversión de 2,2 millones de euros. Desde el Ayuntamiento de la capital, María del Mar Martín resalta que «todavía estamos esperando» a que la Junta lo ponga en marcha. «No sabemos a qué se está destinando ese dinero», advierte.

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Los cambios en el Gobierno andaluz en los últimos dos años han hecho que se haya avanzado poco, aunque fuentes de la Consejería de Comercio aseguran que el plan «se está ejecutando actualmente». El documento planteaba un total de 14 programas y 30 actuaciones, incluyendo un Centro de Análisis y Seguimiento del Comercio Ambulante, la formación de profesionales, la implantación de un sistema de calidad, la creación de una marca propia o el establecimiento de ayudas.

Según la Consejería, se están tramitando las bases de las subvenciones dirigidas a ayuntamientos, asociaciones y federaciones del sector, y se ultima la creación de una mesa de trabajo y de un registro general de comerciantes ambulantes, cuyos miembros podrán obtener incentivos y distintivos de calidad, así como participar en cursos, conferencias y actividades.

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La concejala de Comercio de la capital, señala que desde el Consistorio se han impulsado en los últimos tiempos «aspectos que estaban pendientes y que han permitido que Málaga cuente con un mercado de venta ambulante totalmente regularizado y estable». Entre ellos cita el traslado del mercadillo de La Luz a Martiricos y el de La Paz a Virgen de Belén («eliminando problemas de tráfico y seguridad»), y la regularización de los puestos de venta de segunda mano, para los que no había ninguna licencia y ya hay uncentenar de autorizaciones.

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