Las ventas de materiales al exterior continúan al alza

Los fabricantes de productos de la construcción exportan 20.000 millones de euros al año, fundamentalmente cemento y azulejos, aunque fuera de la estadística se quedan muchos productos manufacturados que igualmente acaban en naves industriales, locales o viviendas.

Es el caso por ejemplo de la malagueña Acristalia, que exporta entre el 15% y el 20% de sus envíos. Sus cortinas de cristal y otras de sus creaciones han acabado en más de quince países, e incluso llegaron a abrir en su día una delegación en Sao Paulo (Brasil). «En siete u ocho años hemos crecido mucho, pero también la competencia. Antes, cuando salíamos al mercado solo teníamos uno o dos competidores en nuestra gama, y eran de fuera, pero después salieron de debajo de las piedras», apuntan desde esta compañía.

THT sigue exportando también en torno al 20% de sus puertas a otros países. Europa, el norte de África y América Latina son los principales mercados de esta histórica empresa, aunque su fundador, Juan Manuel Hurtado, recuerda que esta apuesta la mantuvieron antes y después de la crisis. «Tenemos una estructura comercial pequeña y preferimos contactar en el país con personas que tengan capacidad allí», señala. Desde Maderas Menur, su gerente, Pedro Méndez, cifra también en un 20% el porcentaje de la facturación que depende de las ventas a clientes de fuera de España.

Francia y Portugal son los principales destinatarios de esta industria, que ha invertido mucho en la mecanización de sus procesos y en ofrecer soluciones constructivas a partir de la madera. «Estamos apostando mucho por la innovación, es un camino fundamental», recalca Pedro Méndez, que explica que en Andalucía apenas tienen competencia y solo un puñado de empresas de Barcelona, Galicia o Murcia ofrecen artículos o diseños con fines similares.

El secretario de Industria de Comisiones Obreras en Málaga, José Lozano, cree necesario impulsar de una vez por todas un «cambio del modelo productivo» que pase por innovar a partir de la industria, un sector «mucho más estable». «La vuelta de la crisis no puede ser la vuelta a la especulación y el ladrillo», afirma.